Jáuregui ve a Rubalcaba de candidato del PSOE en 2015 "y a nadie más"

  • El ex ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui cree que Alfredo Pérez Rubalcaba es el referente político del PSOE para los próximos cuatro años y el candidato socialista a las elecciones generales: "No veo más y a nadie más", sentencia.

Madrid, 10 jun.- El ex ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui cree que Alfredo Pérez Rubalcaba es el referente político del PSOE para los próximos cuatro años y el candidato socialista a las elecciones generales: "No veo más y a nadie más", sentencia.

Así de tajante se muestra Jáuregui en una entrevista con Efe, en la que descarta cualquier hipótesis que no sea Rubalcaba para encabezar el cartel del PSOE en las generales de 2015, incluidos el lehendakari, Patxi López, o la ex ministra de Defensa Carme Chacón, que ha vuelto a la primera línea política a raíz de su exigencia de una oposición más contundente en el tema de Bankia.

"Yo a quien veo con futuro es a Alfredo", zanja Jáuregui antes de descartar "especulaciones absurdas" porque, según argumenta, el PSOE apostó en el 38 congreso federal por elegir a Rubalcaba secretario general y eso significa que quieren que sea su referente político y "lógicamente" su candidato.

Jáuregui ha sido elegido por Rubalcaba para preparar una revisión ideológica a fondo con el fin de ofrecer un proyecto ambicioso y fresco, con el que convertirse de nuevo en "el partido modernizador de la sociedad española" con la agenda reformista que la España del siglo XXI demanda.

Su trabajo culminará en una ponencia política en el verano del 2013 para que el partido discuta y resuelva en una conferencia final a últimos de ese mismo año.

Junto a ella, el PSOE también prepara una conferencia organizativa para el próximo otoño, que coordina el secretario de Organización, Óscar López, y una económica, para el año 2014.

Y es que, a juicio del diputado del PSOE por Álava, la España actual no es la de hace treinta años: hay una profunda crisis económica, globalización, UE, Internet y una Constitución que sólo fue votada por los españoles que ahora tienen más de 55 años.

Rodeado de decenas de expertos, Jáuregui ha formado diez grupos de trabajo para reflexionar sobre reformas fundamentales en la Constitución; el poder legislativo y la democracia; el modelo territorial; la Unión Europea; la laicidad, la aconfesionalidad y las relaciones con la Iglesia Católica; la justicia y el Estado de derecho; las reformas socioculturales; los medios de comunicación y el derecho a la información, y las políticas de igualdad.

Dentro de la reforma constitucional, Jáuregui menciona la necesidad de equiparar los sexos en la sucesión de la Corona, convencido de que es "sencillamente inaceptable que en el siglo XXI los varones sean prevalentes sobre las mujeres".

No corre prisa, sostiene, pero es obligado acometer esa reforma y hacerla "con naturalidad".

Él es partidario de introducirla dentro de un amplio paquete de reformas a las que está abocada la Carta Magna. "El traje sobre el que hemos convivido políticamente durante 35 años, muy bien, se nos está descosiendo -avisa- y requiere claramente, no voy a decir hacer un traje nuevo, pero sí ajustarlo a un tiempo nuevo".

Desde su punto de vista, la posibilidad de proponerles a los españoles una profunda reforma constitucional, que se someta a referéndum y que obtenga un amplio respaldo es "ilusionante".

Además de la sucesión de la Corona, Jáuregui incluiría en esa gran reforma constitucional la incorporación de los nombres de las comunidades, el derecho europeo o la modificación del Senado para que esta cámara no pierda su sentido de ser.

También le gustaría que el derecho a la salud figurara como un derecho constitucional, no como un principio orientador, en el título primero, así como la eliminación de la pena de muerte en el caso de guerra y algunos derechos de igualdad englobados actualmente en el artículo 14.

Sobre la revisión del modelo territorial, defiende la vía del "autonomismo federal" frente a la deriva nacionalista hacia el independentismo o al neocentralismo que quiere aprovecharse de la crisis para reordenar el Estado en una visión centralista que no comparte "en absoluto".

"Hay pulsiones del nacionalismo catalán y del vasco que tenemos que incorporar al juego democrático", dice, para enfatizar a renglón seguido que "al nacionalismo no se le frena, se le gana democráticamente", y para ello "hay que convencer a los catalanes y a los vascos de que los proyectos rupturistas con España o aventuras independentistas son malos para ellos".

Ramón Jáuregui es partidario también de meditar sobre el papel de la Iglesia Católica en el marco de las transformaciones que se han producido en el terreno de las creencias y, en particular, también "las anomalías" que se derivan de una relación singular con el Estado, que "empieza a resistir muy mal el paso del tiempo".

Si el PSOE concluye en su conferencia política que tiene que denunciar los acuerdos con el Vaticano, Jáuregui no tiene ninguna duda de que lo hará.

En resumen, Jáuregui intenta colocar al PSOE en una posición similar a la que lo situó Felipe González a comienzos de los años ochenta, cuando "preparó al partido para una tarea de gobierno larga".

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