El jefe de seguridad de Iberdrola figura en activo aunque la eléctrica vendió su salida

  • Antonio Asenjo, que ha pedido al magistrado de Tándem declarar por los pagos al agente, está en plantilla dentro de la compañía.
Iberdrola sede
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EFE

El director de seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo, sigue en activo dentro de la compañía. Pese a que algunas informaciones se hicieron eco de que se le había despedido por su implicación en la contratación con el entramado empresarial de José Manuel Villarejo, lo cierto es que el policía todavía figura en plantilla dentro de la empresa en la que aterrizó a mediados de julio de 2001, tal y como ha podido comprobar este diario. El motivo por el cual se apuntó a una salida del directivo se debe a la implicación de la misma en el caso Tándem por los encargos efectuados durante más de diez años al agente encubierto.

Los hechos se remontan a hace poco más de un mes, cuando trascendió que Iberdrola habría decidido prescindir de los servicios de Asenjo, el cual también ha desempeñado sus funciones en otras empresas como Prosegur o Vodafone. No obstante, días después se matizó que se le había ofrecido un finiquito de despido al hombre cercano al presidente Ignacio Sánchez Galán por los audios que obran en el sumario de esta pieza secreta de la macroinvestigación, si bien éste lo rechazó. Sea como fuere, lo cierto es que Asenjo sigue en plantilla dentro de Iberdrola y en la actualidad de baja médica tras haber sido sometido a una operación de corazón el pasado miércoles. Fuentes de la compañía, por su parte, confirman a este diario que ha sido cesado de sus funciones por falta de confianza. 

Con todo, la Ley 5/2014 de Seguridad Privada establece que las contrataciones y ceses de la figura de director de seguridad se regulan de una forma diferente al resto de cargos a tenor de su peculiaridad. De este modo, la normativa estipula que la baja de un director de Seguridad y su sustitución por otro que cumpla los requisitos se debe comunicar a la Dirección General de la Policía en un plazo de cinco días. Del mismo modo, nadie podría ejercer las funciones de Asenjo sin tener habilitación previa con carácter de autorización que expide el Ministerio del Interior, por lo que la sustitución de su persona por parte del director general financiero de Iberdrola, José Sainz Armada, tendría que contar con el visto bueno del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska o, en su defecto, por el órgano autonómico competente. 

Declaración voluntaria

Pese a la situación de incapacidad temporal de Asenjo y ante todas las informaciones surgidas en prensa por los contratos suscritos con el Grupo Cenyt y que habrían supuesto un desembolso superior al millón de euros, el policía se ha ofrecido voluntariamente ante el magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón a declarar en el marco de estas diligencias que se siguen en el Juzgado Central de Instrucción número 6 bajo secreto de sumario, tal y como han informado fuentes jurídicas a este diario. Su intención es ofrecer su punto de vista de los hechos sobre los contratos suscritos con el comisario ahora jubilado pero en activo en el momento de los hechos. 

La versión que pueda aportar Asenjo en sede judicial, en caso de que así lo acuerde el instructor, puede dar impulso a las pesquisas que se siguen en esta pieza décimoséptima de la macrocausa y que indaga todos los presuntos servicios de espionaje que realizó Villarejo desde 2003 hasta bien entrado 2017, año en el que estalló la operación Tándem. Entre los asuntos sobre los que se podría pronunciar se encuentra precisamente su situación actual dentro de la multinacional para la trabaja desde hace 18 años; esto es, si se le ofreció un finiquito que rechazó o si realmente ninguna de las partes llegaron a un acuerdo para negociar una salida consensuada de la entidad. 

Investigación interna

Igualmente explicaría la relación laboral con el entramado de Villarejo y su socio Rafael Redondo que se remonta a hace más de una década cuando se recurrió a sus servicios ante las dificultades que surgieron para construir la central de Arcos de la Frontera (Cádiz) que la eléctrica vasca había comprado dos años antes a la compañía norteamericana Enron. Este acuerdo, al que se refieren tanto Villarejo como Asenjo en conversación telefónica recogida por los diarios Moncloa.com y El Confidencial, tendría como fin investigar de cerca a plataformas vecinales como 'No a las térmicas', las cuáles se oponían al proyecto de instalación de la planta, precisamente para evitar que se frustrara su megaproyecto.

Con todo, los encargos se prolongaron en el tiempo como el que tuvo lugar en el año 2009 cuando Iberdrola volvió a recurrir a Villarejo esta vez para que investigara acerca de un pequeño inversor que en la Junta de Accionistas de 30 de marzo de 2009 se mostró especialmente contrario a la gestión de Galán. La empresa, ante la competencia ejercida entonces en el sector eléctrico por nuevos actores como la ACS de Florentino Pérez, quiso indagar si este minorista suponía un peligro real para la compañía, lo que llevó al agente a valerse de sus medios parapoliciales para indagar sobre el entorno, familia y negocios del pequeño inversor. Todos estos hechos llevaron a Iberdrola a abrir una "nueva y exhaustiva investigación interna" para depurar responsabilidades sobre lo ocurrido.

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