Jordi Sànchez intenta eludir la rebelión y dice que el asedio a Economía fue pacífico

  • Se presenta como preso político y dice que es "radicalmente falso" que las protestas amenazaran la integridad física de la comitiva judicial.
Juicio del procés
Juicio del procés
EFE

Consciente de que la Fiscalía sustenta gran parte de acusación por rebelión en el asedio que se produjo en septiembre de 2017 a la Consejería de Economía, el expresidente de ANC Jordi Sànchez, en su turno ante el tribunal que juzga el 'procés', se ha referido a este capítulo para descartar cualquier atisbo de violencia y asegurar que la proclama "no era exclusiva" de la entidad soberanista sino que se convocó en connivencia con otros sectores de la sociedad como universidades públicas, asociaciones deportivas y hasta el colegio de abogados.

En el arranque de su interrogatorio, el también diputado de JxCat ha arremetido duramente contra los siete magistrados de la Sala de lo Penal que juzgan estos hechos y contra el Ministerio Público al presentarse como un "preso político" en un "juicio político". "Creo que ante un tribunal que se me presenta con voluntad de ser imparcial quiero dar la voluntad de demostrarle (lo contrario) porque estoy convencido que los hechos que mantiene el Ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado contra mi persona son absolutamente falsos", ha arrancado Sànchez, para quien la Fiscalía solicita 16 años de prisión por el delito de rebelión.

En su declaración, la primera en clave pública desde que ingresó en prisión provisional el 16 de octubre de 2017 por orden de la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, Sànchez ha asegurado que la entidad que presidió ha demostrado en sus convocatorias de manifestación que apoya la independencia pero bajo unas "vías pacíficas y no violentas". No obstante, la Fiscalía le considera junto con el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, promotor de las protestas que se produjeron en los alrededores de la Consejería de Economía los días 20 y 21 de septiembre contra los registros judiciales que se acometían en su interior.

"Hubo cánticos, elementos festivos... no se apreció tensión"

"No es ajustado ni proporcionado que una acción concreta, criticable por parte de unos individuos, sea la excusa para criminalizar y penalizar una movliización de 60.000 personas que estaban presentes de manera cívica", ha asegurado en relación a las protestas que se prolongaron durante más de 16 horas y que el exlíder de ANC enmarca en un ambiente festivo y de cánticos. Solo vivió "tensión", según ha dicho, cuando en sus llamadas cruzadas con la Guardia Civil se le comunicó que había armas en el interior de los coches del Instituto Armado que se encontraban allí. Así las cosas, también ha explicado que esos días se comunicó con el excconseller del Interior Quim Forn y con el entonces mayor de los Mossos Josep Lluis Trapero, quienes le pidieron que hiciera un pasillo para no entorpecer los registros.

Zaragoza, que ha echado mano en diversos momentos del interrogatorio a la declaración que el acusado prestó en fase de instrucción, le ha recordado que achacó el destrozo de los coches a determinados periodistas que se subieron encima de los mismos. Sànchez ha matizado esta versión limitándose a decir que vio a los reporteros encima de los coches pero no les ha atribuido la responsabilidad de cómo quedaron.  "¿Por qué no cogió un megáfono y disolvió la concentración?", le ha espetado el fiscal del Tribunal Supremo, a lo que Sànchez le ha respondido que hubiera sido incapaz de disolverla por sí mismo y que, pese a la cantidad de gente concentrada, "no se dificultó la acción de la comitiva judicial".

"Nada permite imaginar que se fuera a producir un asalto"

"No soy yo el que dice que no hubo lanzamiento de objetos. No hubo ningún riesgo para la integridad física de ninguna persona y no hubo ningún daño en el edificio que permitiera imaginar que en algún momento de la jornada se estuviera a punto de producir un asalto al departamento. Es radicalmente falso. Puedo ser independentista pero no idiota", ha apuntado en un interrogatorio cuyo tono se ha recrudecido a medida que se ha ido ahondando en los detalles de estas dos jornadas. Sí ha reconocido que se subieron a algunos de los coches del Instituto Armado para desconvocar la protesta, en la madrugada ya del 21 de septiembre, pero negó estar al tanto de los daños y ha dicho que tampoco pidió permiso para subir a los mismos.

Ya en sesión de tarde, Sànchez ha sido cuestionado por la celebración del referéndum del 1-O para asegurar que él no recibió ninguna notificación ni del Ministerio Fiscal ni de ningún juzgado advirtiendo sobre la ilegalidad de la consulta. Es más, el diputado ha hecho referencia a su "muy activa" participación no solo en esa jornada sino en las dos semanas previas en las que tanto ANC como Òmnium y otras entidades promovieron una campaña "visible y pública" para pedir el voto a favor de la independencia. "El referéndum no podía tener jamás ningún reproche penal", ha insistido.

Preguntado por su conocimiento acerca de la hoja de ruta del procés denominada Enfocats, Sànchez ha rechazado su contenido -trazado por el exnúmero 'dos' de Hacienda Josep María Jové- y lo ha calificado además de "apócrifo" y "genérico"; mismos adjetivos que utilizó Oriol Junqueras en su declaración para describirlo. Las preguntas de su abogado acerca de si se ratificaba sobre los tuits que vertió dichas jornadas y sus correspondientes respuesta afirmativas han puesto el punto y final de este interrogatorio que se ha convertido en el más largo de todos los acusados hasta la fecha tras sumar más de cinco horas y media de declaración.

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