Madrid, 1 jun.- Un joven saharaui ha comenzado hoy una huelga de hambre indefinida frente a la Embajada de Marruecos en Madrid que no dejará hasta lograr la liberación de los 22 presos que fueron detenidos tras la intervención militar en el campamento de Gdem Izik en El Aaiún, en noviembre de 2010.
El joven, Lafkir Kaziza, ha pedido asilo político en España, a donde llegó en marzo para una visita de diez días para explicar cómo fue detenido y golpeado por la policía marroquí en el desalojo del campamento.
Kaziza ha hecho un llamamiento a Marruecos para que atienda su reivindicación y ha advertido de que la primera consecuencia de no hacerlo sería su propia muerte.
Ha explicado que se vio obligado a pedir asilo político después de que su madre fuera detenida en El Aaiún por la policía marroquí y de que ésta le advirtiera de que no volviera o no me volvería a ver con vida.
Un grupo de activistas prosaharauis ha creado una plataforma de apoyo a este joven de 21 años que, como primera medida, convocará una manifestación el próximo 9 de junio en todas las ciudades españolas en las que haya dependencias de Marruecos, ya sea la embajada, consulados u oficinas de turismo.
"Estoy aquí por mi familia, pero no por la que está en El Aaiún, sino por otra que lleva encerrada año y medio", ha señalado Kaziza en alusión a los 22 "hermanos" que permanecen presos en la cárcel de Salé, cerca de Rabat.
Kaziza, quien ha comenzado la huelga de hambre indefinida a las ocho de esta mañana, ha ofrecido una rueda de prensa junto a Enrique Santiago, jurista experto en asilo y refugiados.
Santiago ha hecho hincapié en el que el Sáhara es un territorio pendiente de descolonización desde que en 1975 se retirara del mismo España, la "única potencia colonial reconocida", ha denunciado el incumplimiento sistemático por parte de Marruecos del mandato de la ONU y la "constante persecución" a la población saharaui que está viendo violados sus derechos.
La plataforma de apoyo a Kaziza ha redactado un manifiesto que harán llegar a partidos políticos e instituciones, en el que exigen al Gobierno de España "una actitud activa" hacia Rabat en la vigilancia y cumplimiento de los derechos humanos, así como un compromiso firme con la autodeterminación del pueblo saharaui".
El manifiesto reivindica "la puesta inmediata en libertad o juicio inmediato por un tribunal civil y no militar" de los 22 apresados en el campamento de El Aaiún, que puedan ser visitados en régimen abierto, "sin cristales y sin vigilancia", y que puedan recibir asistencia sanitaria.
Kaziza ha relatado las circunstancias de su detención cuando trabajaba en la seguridad del campamento de Gdem Izik, arrastrado por el brazo hasta un coche donde fue golpeado en el hombro con un fusil hasta que perdió el conocimiento.
Cuando despertó, estaba ya en la cárcel donde, según sus palabras, "fue torturado cada minuto y cada segundo" hasta su liberación.
El joven saharaui está determinado a no poner fin a la huelga de hambre hasta que Marruecos oiga su petición.
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