La justicia francesa emitirá el lunes fallo sobre las prótesis mamarias PIP

La corte de apelación de la localidad francesa de Aix en Provence debe emitir el lunes su decisión sobre la responsabilidad del presidente de la empresa que fabricaba las prótesis mamarias PIP, acusadas de ser "bombas de tiempo" para miles de mujeres en todo el mundo que llevan estos implantes.

En el proceso, una instancia de apelación que se desarrolló en noviembre de 2015, unas 7.000 mujeres se personaron como demandantes.

Una de las víctimas dijo que estas prótesis son como una "bomba de tiempo" implantada dentro de su cuerpo, que este procedimiento le había "arruinado la vida" y que sentía que las pacientes fueron como "ratones de laboratorio".

El fiscal Pierre-Jean Gaury pidió que el director de la empresa, Jean-Claude Mas, de 76 años, sea condenado a cuatro años de prisión en firme por fraude agravado y por estafa en perjuicio de la compañía de certificación alemana TÜV, que fue engañada con los productos PIP.

Además de la pena de prisión, el abogado pidió que se le imponga una multa de 75.000 euros,que se le prohíba definitivamente ejercer en el área de la salud y que tampoco pueda dirigir ninguna empresa.

En total, cientos de miles de mujeres en todo el mundo llevan este tipo de implantes, muchas de ellas en América Latina. Las autoridades francesas informaron que 18.000 pacientes se sometieron a intervenciones para extraer las prótesis PIP por ruptura del material y por sufrir irritaciones.

Dos víctimas desarrollaron cáncer.

Las prótesis eran fabricadas en Francia, pero 84% de ellas eran exportadas.

En Argentina, unas 300 afectadas presentaron una demanda colectiva por 54 millones de dólares en 2013, aunque luego la justicia francesa estimó que la póliza de seguros de PIP solo cubría a las ciudadanas francesas.

En primera instancia, el septuagenario fue condenado en 2013 a cuatro años de cárcel, a pagar una multa de 75.000 euros y a una interdicción definitiva de ejercer en el sector médico y de dirigir empresas.

Durante la segunda instancia Mas volvió a defender que su gel, en el que había aceite industrial, no suponía ningún riesgo.

"¿Fraude? No entiendo de qué fraude hablan ni en perjuicio de quién" declaró.

"Se hicieron muchas pruebas", "yo soy un maníaco de las pruebas", dijo en su defensa, pese a que la composición de los geles no estaba sometida a ningún control y variaba a lo largo del tiempo.

El fiscal apuntó que "al utilizar una materia prima no conforme, no sometida a control, hecha mediante un proceso artesanal, en el que variaba la composición y las proporciones (...) era un factor de riesgo" para la salud de las pacientes.

Mas no era "nada científico, su única preocupación era de carácter financiero" y el gel era siete veces menos costoso de producir que el compuesto homologado que debería haber comprado, estimó el abogado.

Las prótesis PIP "se rompían" más que las otras marcas, habían alertado las autoridades sanitarias cuando descubrieron el caso en 2010.

Los empleados relataron en el tribunal que la empresa funcionaba exclusivamente bajo las órdenes del patrón, que no toleraba ninguna crítica, especialmente si se cuestionaba el gel, que él aseguraba que era "el mejor del mundo".

La corte también debe pronunciarse sobre las acusaciones contra cuatro directivos de la empresa. El fiscal pidió penas que van desde los 18 meses de prisión en suspenso para el director técnico, hasta cuatro años, con parte de la pena en prisión, para el presidente del directorio.

Estas sanciones son ligeramente superiores a las impuestas en primera instancia.

Después de este fallo el proceso contra el fabricante no habrá terminado, ya que todavía enfrenta otros juicios por homicidio y lesiones involuntarias y otro por las consecuencias financieras de todo este caso.

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