Kenyatta, un presidente acusado de crímenes contra la humanidad

  • Uhuru Kenyatta, que prestó hoy juramento como cuarto presidente de Kenia, accede a la jefatura del Estado bajo la sombra de la imputación de la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes contra la humanidad.

Helen Cook

Nairobi, 9 abr.- Uhuru Kenyatta, que prestó hoy juramento como cuarto presidente de Kenia, accede a la jefatura del Estado bajo la sombra de la imputación de la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes contra la humanidad.

Kenyatta está acusado de ser uno de los instigadores de la violencia postelectoral que se desató en el país tras los comicios de diciembre de 2007, que causaron unos 1.300 muertos y más de 600.000 desplazados.

A pesar de esta circunstancia, el presidente keniano goza de una gran popularidad en su país, como demuestra su triunfo en las elecciones del pasado 4 de marzo, en las que obtuvo más del 50 por ciento de los votos.

El mandatario -cuyo nombre, Uhuru, significa "libertad" en swahili- es el hombre más rico de Kenia y el hijo del primer presidente keniano, Jomo Kenyatta, percibido por los ciudadanos como el "padre de la patria".

Kenyatta, perteneciente a la influyente etnia kikuyu, que forma algo más del 20 por ciento de la población del país, lidera La Alianza Nacional (TNA) y se presentó ante los electores como "símbolo del cambio" con la promesa de "transformar" Kenia.

Sin embargo, el nuevo gobernante no cuenta con la simpatía de diplomáticos de países occidentales como Reino Unido, Francia o EEUU, que dejaron entrever, antes de las elecciones, que si Kenyatta era elegido presidente, podría haber "consecuencias".

El embajador británico en Kenia, Christian Turner, ha afirmado que su país mantendrá "contactos mínimos" con cualquier imputado por la CPI, una advertencia de que, si Kenyatta salía elegido, las relaciones bilaterales podrían enfriarse.

Nacido el 26 de octubre de 1961 en Nairobi, Kenyatta cursó la educación primaria en su ciudad natal, pero se trasladó a EEUU para licenciarse en Ciencias Políticas, concretamente en la Universidad de Amherst, en Massachusetts.

Su vida política arrancó en 1997 al ser elegido en Nairobi secretario general de la Unión Nacional Africana de Kenia (KANU), el partido de su padre, un nombramiento visto ya en su día como una acción premeditada para ascender en un futuro.

Ese mismo año, Kenyatta se presentó a las elecciones parlamentarias, pero, contra todo pronóstico, no consiguió ningún escaño.

Tras ese fracaso, el entonces presidente, Daniel Arap Moi, dio un gran empujón a su carrera política al nombrarle ministro de Gobierno Local en 2001 y candidato de la KANU a la Presidencia en los comicios de 2002, en los que quedó segundo, por detrás del actual jefe de Estado saliente, Mwai Kibaki.

En 2005, fue elegido secretario general de la KANU, pero decidió no presentarse a los comicios presidenciales de 2007 al no estar seguro -dijo entonces- de poder ganarlos. Era la primera vez en la historia que el partido carecía de un candidato presidencial.

Como alternativa, Kenyatta anunció su apoyo en las elecciones de 2007 a la candidatura de Kibaki, el aspirante que le había derrotado en 2002.

Esta apuesta dio sus frutos cuando, tras los polémicos comicios de 2007, que tanto Kibaki como el líder opositor, Raila Odinga, decían haber ganado, se formó un Gobierno de unidad entre esos dos rivales políticos, en el que Kenyatta fue designado viceprimer ministro, así como ministro de Comercio, en abril de 2008.

Menos de un año después, en enero de 2009, Kenyatta cambió la cartera de Comercio por la de Finanzas, donde, durante tres años, llevó a cabo varias reformas con el objetivo de estimular la actividad económica de Kenia y luchar contra la corrupción que afecta a gran parte de las instituciones del país.

Sin embargo, tras ser acusado formalmente por la CPI de crímenes contra la humanidad por supuestamente planificar y financiar la violencia postelectoral tras los polémicos comicios de 2007, Kenyatta dimitió como titular de Finanzas el 26 de enero de 2012.

Con todo, Kenyatta se presentó a las elecciones de 2013 al frente de la Coalición Jubileo junto a su "número dos" y aspirante a vicepresidente, el exministro William Ruto, también imputado por la CPI por los mismos motivos que su jefe.

En su vida personal, el viceprimer ministro, que profesa la religión católica, está casado y tiene tres hijos.

Uhuru Kenyatta esperaba seguir la estela de su padre y, pese a las acusaciones de la CPI, siempre se mostró muy seguro de convertirse en el cuarto presidente de Kenia.

"Sé -vaticinó en un mitin electoral- que ganaremos estas elecciones, en el nombre de Dios y de los kenianos".

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