Kiir insta a la paz en Sudán del Sur en tercer aniversario de independencia

  • El presidente sursudanés, Salva Kiir, hizo hoy un llamamiento al fin del conflicto interno y al diálogo con los rebeldes, durante las celebraciones del tercer aniversario de la independencia del país de su vecino Sudán.

Atem Mabior

Yuba, 9 jul.- El presidente sursudanés, Salva Kiir, hizo hoy un llamamiento al fin del conflicto interno y al diálogo con los rebeldes, durante las celebraciones del tercer aniversario de la independencia del país de su vecino Sudán.

Este conflicto, que ha causado miles de muertos desde diciembre pasado y ha echado por tierra las aspiraciones de progreso de la población, empaña las conmemoraciones del nacimiento del país más joven del mundo.

En un discurso en la Plaza de la Libertad de Yuba, Kiir pidió a los insurgentes liderados por el exvicepresidente Riak Machar que depongan las armas y participen en "un diálogo político global".

Para ello, el líder sureño señaló la necesidad de que los dirigentes opositores liberados recientemente regresen al país para ayudar a "construir el Estado y resolver los asuntos pendientes".

Kiir también aceptó introducir reformas en el Ejército y la Policía, al tiempo que solicitó a la africana Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) que despliegue una fuerza para vigilar el alto el fuego firmado el pasado mayo.

El discurso de Kiir estuvo acompañado por bailes populares de diferentes rincones del país, que decidieron festejar así los tres años de independencia, a pesar de los conflictos que asuelan al país, marcado también por la división étnica.

Sin embargo, no fue tan masiva la participación de responsables internacionales. Solo el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, aliado de Yuba y con tropas sobre el terreno, y uno de los vicepresidentes sudaneses, Hasbu Abdala, estuvieron presentes en los actos.

Sudán del Sur se independizó de Sudán tras un referéndum estipulado en los acuerdos de paz de 2005, que pusieron fin a una guerra de dos décadas que causó dos millones de fallecidos.

El conflicto estalló en 1983 cuando el régimen de Jartum impuso la ley islámica en todo el país, y los insurgentes del sur, de mayoría cristiana y animista, se levantaron en armas.

El 9 de enero de 2011, el 98,83 por ciento de los habitantes de la entonces región autónoma optaron por la independencia, que se hizo efectiva el 9 de julio de ese año.

Los primeros dos años ambos países protagonizaron frecuentes enfrentamientos en zonas fronterizas, ricas en yacimientos petrolíferos, cuya soberanía se disputan.

Estos problemas no son ahora los que más preocupan a Sudán del Sur, escenario de combates entre el Ejército y los rebeldes partidarios de Machar, acusado de intentar dar un golpe de Estado.

Para el experto en política sursudanesa Antony Joseph, "el pueblo siente una gran frustración" ya que en estos tres años de independencia "solo han surgido problemas y las autoridades no han cumplido sus promesas".

"Las esperanzas de vivir mejor en una patria que acoja a todos se han transformado en un espejismo", lamentó en declaraciones a Efe Joseph, jefe de redacción del periódico Al Mauqef.

En la misma línea, la analista Mery Samiel señaló que la actual crisis interna ha obstaculizado el desarrollo y ha demostrado las debilidades del nuevo Estado, del que en su opinión hay que todavía "levantar sus pilares básicos".

Ese conflicto de origen político adquirió pronto una dimensión étnica con enfrentamientos entre la tribu dinka, a la que pertenece Kiir y que es mayoritaria en el Ejército, y la nuer, de la que son miembros Machar y muchos militares desertores.

Miles de personas han muerto desde diciembre y más de un millón se han visto desplazadas por la violencia, que también ha afectado a las sedes de la ONU y a los hospitales de ONG como Médicos Sin Fronteras (MSF).

MSF recordó en un comunicado que 58 personas han sido asesinadas en sus hospitales y que la población desplazada padece la falta de infraestructuras sanitarias y el hacinamiento, lo que puede tener "consecuencias devastadoras".

Las autoridades y los rebeldes firmaron un primer pacto de alto el fuego el 23 de enero, que renovaron el pasado 9 de mayo, cuando se reunieron cara a cara Kiir y Machar en Adis Abeba.

Con la mediación de países africanos, acordaron el 10 de junio fijar un plazo de 60 días para formar un Gobierno de transición de unidad nacional.

Pese a estos acuerdos, Amnistía Internacional (AI) aseguró hoy que ninguno de los bandos ha respetado el alto el fuego y que prosiguen los enfrentamientos en los estados de Unidad, Yonglei y Alto Nilo.

AI denunció "crímenes de guerra y de lesa humanidad", el continuo flujo de armas a Sudán del Sur y el alarmante riesgo de inseguridad alimentaria, que afecta a 3.900.000 personas.

La responsable de AI para África Oriental, Michelle Kagari, pidió presión internacional para que sean juzgados "quienes hayan cometido graves violaciones de los derechos humanos, porque de lo contrario, habrá más Días de la Independencia sin nada que celebrar".

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