L'Hospitalet siente, como Alicia Gámez, que el secuestro aún no ha finalizado

Barcelona.- L'Hospitalet de Llobregat, donde vive Alicia Gámez, ha acogido con alegría la liberación de su vecina más solidaria pero siente, como ya dijo ella ayer al volver de África, que su secuestro no ha acabado, ya que continúan cautivos otros dos cooperantes catalanes y se debe trabajar para que todo acabe bien.

La vida cotidiana no se detiene, y el tan famoso dicho de 'nadie es imprescindible' se cumple sin remedio en el barrio de la Torrassa de L'Hospitalet en el que vive Alicia Gámez desde siempre y que hoy vivía su vuelta con total normalidad.

Sólo un corrillo de periodistas con cámaras de televisión al hombro alertaba del edificio en el que vive Alicia Gámez, que ya ha pasado su primera noche en casa tras ser liberada después de pasar más de tres meses cautiva en Mauritania por los terroristas de Al Qaeda del Magreb Islámico, junto a sus compañeros Roque Pascual y Albert Vilalta.

Los vecinos y conocidos de Alicia Gámez están contentos y satisfechos con su vuelta, como lo demuestran los carteles que se han colgado en la Escuela Montessori y en la parroquia de la Mare de Déu dels Desamparats de la Torrassa, celebrando su liberación.

Después de más de ciento y un día de ausencia, una cifra que se asemeja a las condenas de cárcel que imponen los jueces, Gámez ha conseguido dormir esta noche en su propia cama, rodeada de sus tesoros y enseres más íntimos y queridos, con las pequeñas comodidades que son cotidianas y que, cuando no se tienen, se echan de menos de verdad.

Su padre, su hermano y su cuñada, que tanto deben haberla echado de menos todos estos días de ausencia, no se han separado de su lado desde que llegó a Barcelona.

De hecho, su hermano Germán viajó hasta Burkina Faso a recogerla tras saber por fuentes del Gobierno español que iba a ser liberada de inmediato y regresó con ella, acompañados ambos por la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez.

Alicia no se ha dejado ver esta mañana por su calle, la del Doctor Martí Julià, ni tampoco ha salido por ahora a comprar en los comercios más próximos ni al mercado de Collblanc-la Torrassa, donde, como siempre, el pescado y la fruta fresca llama la atención por su colorido y calidad.

La iglesia de la Mare de Déu dels Desamparats, donde Gámez ha sido catequista en el local parroquial, ha convocado hoy, como cada jueves desde que se inició el secuestro, una plegaria para pedir la liberación de Roque Pascual y Albert Vilalta, los otros dos cooperantes catalanes de la ONG Barcelona Acció Solidària secuestrados junto a Alicia Gámez.

Las catequistas que más la conocen recordaban hoy, una de ellas con lágrimas en los ojos, que Alicia Gámez ha sido catequista de niños y que ha sido su solidaridad con los más necesitados la que la ha llevado a colaborar con la ONG.

El secuestro no ha acabado, a pesar de la liberación de la joven de L'Hospitalet, y por eso en la parroquia se pedirá de nuevo por la liberación de las otras dos 'patas' de un triángulo de personas que se formó en el momento de ser atacados por la organización terrorista Al Qaeda del Magreb Islámico en Mauritania.

Más delgada, con ojeras y muy cansada, Alicia Gámez ya expresó ayer que su felicidad no será completa hasta que regresen sus dos compañeros de cautiverio, que continúan retenidos contra su voluntad.

Quizás Gámez recordó entonces la cita del pedagogo catalán Rafael Campalans, que tiene una calle dedicada cerca de donde ella vive y en la que una placa recuerda su petición: "El hombre libre dentro de la tierra libre. Esta es nuestra afirmación y nuestro ideal".