La Agencia Europea de Seguridad Marítima atribuye la bajada de accidentes en un 19,5 % en 2009 a la crisis

GIJÓN, 20 (UROPA PRESS)

El número de accidentes marítimos disminuyó un 19,5 por ciento en 2009 respecto a 2008, mientras que el descenso del número de embarcaciones involucradas fue de un 17 por ciento. Así se desprende del Informe Anual de Accidentes Marítimos 2009 de la Agencia Europea de Seguridad Marítima (AESM), atribuye el descenso al impacto de la crisis económica en el transporte por mar.

En este sentido, a través de este informe, dado a conocer mediante una nota de prensa con motivo de la celebración en Gijón del Día Marítimo Europeo, la AESM alerta que, pese a que la cifra de siniestros es inferior a la 2007 y 2008, está por encima de la de 2006, al tiempo que advierte que todo apunta a que en enero de este año se ha empezado a producir un incremento de los accidentes marítimos.

Asimismo, el Informe de Accidentes Marítimos 2009 de este organismo europeo señala que el pasado año hubo 626 embarcaciones comerciales involucradas en un total de 540 accidentes en aguas de la UE y sus proximidades. Una cifra menor que la de 2008, con 754 embarcaciones en 670 siniestros y la de 2007, donde el número de barcos afectados fue de 762 en 715 accidentes. En 2006, la cifra fue de 535 embarcaciones involucradas en 505 siniestros.

Además, en 2009 un total de 52 marineros perdieron la vida en estos siniestros, lo que supuso un descenso de víctimas respecto a años anteriores, que en 2008 y en 2007 fue de 82 y de 76 en 2006.

También se redujo el número de toneladas de petróleo derramadas en los siniestros, con entre 1.500 y 2.000 en 2009, mientras que en 2008 la cifra fue de entre 2.000 y 3.000 y en 2007 de entre 7.000 y 8.000 toneladas. A esto hay que sumar la disminución del número de siniestros contaminantes, de 232 en 2008 a 194 en 2009.

La AESM también fija su mirada a los desastres ecológicos por vertidos de petróleo, como fue el de los buques 'Erika' (1999) o 'Prestige' (2002), sin olvidar lo que está ocurriendo en el Golfo de México, para hacer una llamada de atención a la necesidad de elevar el nivel de precaución y en diseñar mejores sistemas de gestión de crisis o de planes de contingencia.