La Audiencia de Múnich rechaza la suspensión del juicio y puesta en libertad de Demjanjuk

  • Berlín.- El juicio contra el presunto criminal nazi John Demjanjuk por la muerte de 27.900 judíos se reanudó hoy tras dos semanas de interrupción por enfermedad del procesado, al que la Audiencia de Múnich denegó tanto la petición de suspensión del proceso como la puesta en libertad en razón de su avanzada edad.

Continúa en Múnich el juicio contra el presunto criminal nazi Demjanjuk
Continúa en Múnich el juicio contra el presunto criminal nazi Demjanjuk

Berlín.- El juicio contra el presunto criminal nazi John Demjanjuk por la muerte de 27.900 judíos se reanudó hoy tras dos semanas de interrupción por enfermedad del procesado, al que la Audiencia de Múnich denegó tanto la petición de suspensión del proceso como la puesta en libertad en razón de su avanzada edad.

El juez Ralf Alt rechazó las solicitudes de la defensa, por considerarlas infundadas, y confrontó de nuevo al casi nonagenario procesado, que asiste al juicio en silla de ruedas, con los testimonios de familiares de las víctimas del campo de exterminio de Sobibor, donde según la acusación ejerció como guarda voluntario.

Con los dramáticos relatos de varios testigos, en su mayoría holandeses, explicando la deportación de sus padres, hermanos u otros allegados se retomó el proceso, que fue interrumpido el 2 de diciembre, por enfermedad del procesado.

Tal como ocurrió en las sesiones anteriores, Demjanjuk, de origen ucraniano y de 89 años, asistió a la Audiencia en silla de ruedas, con la cabeza cubierta con una gorra azul y tapado con una manta.

Desde la apertura del juicio, el 30 de noviembre, el procesado no ha hecho declaración alguna y sólo se ha comunicado, a través de su intérprete al ucraniano, con sus abogados o con los médicos que le atienden en todo momento dentro de la sala.

Su abogado, Ullrich Busch, había pedido la suspensión del proceso o, cuando menos, que se levante la orden de prisión preventiva contra su defendido, quien ingresó en la penitenciaría muniquesa de Stadelheim tras ser entregado por Estados Unidos, el pasado 12 de mayo.

Tanto los médicos que le atendieron entonces como el equipo de forenses que asiste al juicio consideran que está en condiciones de ser procesado, aunque determinaron que cada una de las vistas no puede exceder a las tres horas, repartidas en dos bloques de noventa minutos y con una pausa de otros noventa minutos entre uno y otro.

A Demjanjuk se le imputa complicidad en el asesinato de 27.900 judíos muertos en el campo de concentración de Sobibor, en el periodo de seis meses en que él sirvió ahí como guarda voluntario, entre marzo y octubre de 1943.

Nacido en Ucrania en 1920, Demjanjuk fue capturado por las tropas hitlerianas en 1942 siendo un soldado soviético, y pasó de prisionero de guerra a guarda voluntario de Sobibor y otros campos.

En los años 50 emigró a EEUU como víctima del nazismo, en tanto que ex prisionero, y cambió su nombre de pila, Iván, por el de John.

Se trata de la primera vez que Alemania procesa a un ejecutor extranjero, convertido en colaborador del aparato nazi como "trawniki" -o guarda voluntario-.

El campo de Sobibor estaba dedicado exclusivamente al exterminio de judíos de toda Europa y se estima que ahí fueron asesinadas alrededor de 250.000 personas.

Quienes llegaban allí morían gaseados al cabo de unas pocas horas y se cree que apenas queda un centenar de supervivientes de Sobibor, en su mayoría judíos utilizados entonces como personal de limpieza.

El único superviviente que asiste al juicio es Thomas Blatt, nacido en Polonia y de 82 años, quien admite que no está en disposición de reconocer al acusado.

Los restantes testigos de la acusación particular son familiares de víctimas, que por tanto tampoco pueden identificarle.

La principal baza de la acusación es el carné de Demjanjuk para las SS, con el número 1393, según el cual éste sirvió en el campo en ese periodo de seis meses.

La defensa ha denunciado que el juicio en Alemania es un segundo martirio para su cliente, quien en 1988 fue condenado a morir en la horca en Israel como presunto "Iván el Terrible" de Treblinka.

Tras cinco años en el corredor de la muerte se le revocó la condena, al no poder demostrarse siquiera que estuvo en Treblinka e identificarse al tal "Iván el Terrible" como Ivan Marchenko.

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