La campaña de las primeras presidenciales tunecinas libres se acerca a su fin

  • Los 21 días de campaña electoral para las primeras elecciones presidenciales libres de la historia del país terminan en la medianoche de hoy, en un país que lleva tres años a un ritmo político frenético tras cinco décadas de dictadura.

Miguel Albarracín

Túnez, 21 nov.- Los 21 días de campaña electoral para las primeras elecciones presidenciales libres de la historia del país terminan en la medianoche de hoy, en un país que lleva tres años a un ritmo político frenético tras cinco décadas de dictadura.

Quedan en liza 22 candidatos, tras la retirada de cinco, pero los dos que han polarizado la atención general son el favorito, Beyi Caid Essebsi, del partido laico "Nidá Tunis", y el candidato como independiente a su propia reelección, Moncef Marzuki, que han cerrado sus campañas disparando cada uno a piñón fijo contra su adversario principal.

Essebsi, de 88 años, que cerró su campaña en Sfax, segunda ciudad más importante del país, se ha mostrado frío ante una eventual alianza con el partido islamista Al Nahda, su principal rival en los dos años de vida de su partido.

"Ninguna alianza nos ha sido propuesta. Esto no está de actualidad", dijo Essebsi ante miles de simpatizantes enfervorizados.

Sin embargo, quiso mostrarse moderado y añadió que el país "no está para confrontaciones y sí para la cohabitación con ese partido, al igual que con las otras tendencias políticas".

"Somos diferentes pero no podemos ignorar su presencia. No podemos gobernar solos, tenemos una mayoría relativa (en el Parlamento). Ellos no nos han propuesto una alianza pero estamos obligados a reunirnos y a tener en cuenta sus opiniones", argumentó el político.

Essebsi finalizó su intervención diciendo a su seguidores: "Tenéis dos alternativas -un candidato apoyado por las Ligas de Protección de la Revolución (islamistas) que amenazan con un baño de sangre en caso de victoria de BCE, y también por los salafistas y el Hizbu Etahrir (islamista radical)-, y por otra -a aquellos que quieren que Túnez sea un país moderado y para todos los tunecinos"-.

Aunque no lo citó, Essebsi se refería al presidente saliente Moncef Marzuki, apoyado por las bases islamistas.

Marzuki, de 69 años, ha manejado en la campaña el riesgo de regreso del antiguo régimen de Ben Ali, ya que varias figuras políticas de aquella época se han "reciclado" en el partido de Essebsi.

En su mitin de la ciudad turística de Nábel, criticó a Nidá Tunis diciendo que "los que tienen reflejos heredados del antiguo sistema constituyen el peligro más grande para Túnez, pues en caso de que emerjan, las próximas elecciones serán las ultimas democráticas".

Marzuki añadió que los objetivos de la revolución tunecina (trabajo, libertad y dignidad) "no pueden conseguirse en tres años (los transcurridos bajo su presidencia), necesitan más tiempo, pero no pueden lograrse con una vuelta atrás hacia el pasado".

Los islamistas del Al Nahda, segundos en las elecciones legislativas de octubre, han tenido una curiosa campaña: sus bases apoyan a Marzuki pero la dirección se ha proclamado estrictamente neutral.

Otros políticos, como el respetado Hamadi Yabali, exprimer ministro, al parecer asustado por el "rodillo" que puede suponer Nidá Tunis, ha pedido a sus simpatizantes "votar por un partido distinto al que ganó las legislativas".

Fuera de los dos grandes candidatos, intenta abrirse paso el populista Eslim Riahi, líder de la Unión Patriótica Libre (UPL), tercera fuerza de las legislativas de octubre, que ha recibido el apoyo de 17 partidos políticos, aunque todos minoritarios.

Estos partidos han lamentado "la bipolarización nacida en las legislativas" que según opinan ellos, "representa una amenaza para el proceso democrático y para la unidad de la sociedad y el Estado".

En los últimos días de campaña presidencial también ha destacado la intensa actividad del candidato de izquierda del Frente Popular, Hama Hamami, que se ha hecho más visible por su presencia en las redes sociales gracias al apoyo de sus propios simpatizantes que informan de todas sus actividades y gestos al minuto.

Su discurso se ha basado en unas pocas ideas: los problemas socioeconómicos, la defensa de los derechos humanos, el apoyo a las minorías, a las mujeres y a los homosexuales, así como su empeño en la abolición de la pena de muerte y en no participar en un futuro gobierno de unidad nacional si Al Nahda está incluida.

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