La campaña presidencial colombiana se calienta a tres meses de las elecciones

  • La campaña electoral colombiana para las presidenciales del 25 de mayo, que pintaba monótona, ha comenzado a calentarse cuando faltan exactos tres meses para los comicios con denuncias de espionaje, atentados y disputas internas en los partidos.

Jaime Ortega Carrascal

Bogotá, 25 feb.- La campaña electoral colombiana para las presidenciales del 25 de mayo, que pintaba monótona, ha comenzado a calentarse cuando faltan exactos tres meses para los comicios con denuncias de espionaje, atentados y disputas internas en los partidos.

El propio presidente Juan Manuel Santos, que aspira a la reelección, alertó de "motivaciones políticas" de cara a los comicios al confirmar el pasado domingo que su cuenta personal de correo electrónico y las de algunos miembros de su familia fueron interceptadas por desconocidos.

Casi al mismo tiempo, en el departamento de Arauca, en el noreste del país, la candidata presidencial del partido de izquierdas Unión Patriótica (UP), Aída Avella, era objeto de un ataque a tiros contra su caravana, lo que ha puesto en evidencia que el ejercicio de la política sigue siendo un riesgo en el país.

Los dos hechos han servido para sacar del inmovilismo una campaña que pese a que comenzó oficialmente hace un mes parece no despertar mayores pasiones entre el electorado, como lo indica el hecho de que el voto en blanco se perfile en las encuestas como la opción mayoritaria.

Un sondeo de la firma Cifras & Conceptos divulgado la semana pasada mostró que el 30 % del electorado se decantaría por el voto en blanco en las próximas presidenciales, tendencia que se mantiene con algunas variaciones desde hace meses.

Según el presidente Santos, la "conducta ilegal" que supone el espionaje de sus correos privados coincide con el inicio de la campaña electoral y forma parte de una "guerra sucia" de algunos "en la lucha por el poder".

La interceptación de los correos del presidente es objeto de una investigación por parte de la Fiscalía, pero el mandatario advirtió: "No sería entonces raro que en los próximos días y hasta que finalice la campaña circulen nuevas comunicaciones con cuya publicación se busca afectar mi buen nombre y el de mi Gobierno".

Este escándalo ha coincidido con otros dos por el supuesto espionaje de la inteligencia militar a dirigentes de la izquierda y miembros del equipo negociador de paz con las FARC, todavía no comprobado, y con denuncias de presunta corrupción y otras irregularidades en el Ejército que costaron el puesto a seis generales.

Sin embargo, hasta ahora ninguna de esas denuncias ha tenido impacto ni a favor ni en contra de ningún candidato en las encuestas en las que, después del voto en blanco, Santos aparece como favorito con entre el 26 y el 34 % de las intenciones de voto.

De confirmarse en las urnas lo que indican los sondeos, el presidente tendría que disputar una segunda vuelta el 15 de junio con el segundo más votado, un puesto al que aspiran de momento otros cuatro candidatos, dos de ellos de derecha y dos de izquierda.

Después de mucho deshojar la margarita, el presidente anunció el lunes que su candidato a la Vicepresidencia será Germán Vargas Lleras, un político de peso que por su discurso duro contra la guerrilla tiene un importante caudal electoral y puede ayudarle a despegar en los sondeos.

No obstante, la designación de Vargas Lleras como compañero de fórmula no ha sido bien recibida por todos los sectores de la coalición de Gobierno, de la cual hacen parte el Partido de la U, de Santos; el Liberal y Cambio Radical, al cual pertenece el escogido.

El senador Roy Barreras, del Partido de la U, cuestionó la opción del presidente por Vargas Lleras, dijo que no le gusta "tragar sapos" y que van a "extrañar a Angelino" Garzón, el actual vicepresidente, que hace tiempo anunció su intención de no concurrir a un segundo mandato.

Otro senador del Partido de la U, Armando Benedetti, afirmó que se mantendrá al margen del "acuerdo" entre Santos y Vargas Lleras porque, en su opinión, el presidente lo necesitará "cuando sea traicionado".

A falta de tres meses para las elecciones, Santos parece tener más problemas en su propia coalición que con los rivales, todos rezagados en las encuestas, por debajo del 10 %, y sin el liderazgo o el carisma suficiente para plantear un desafío real al presidente.

En la carrera presidencial están además Óscar Iván Zuluaga, del derechista Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe, férreo opositor a Santos; Marta Lucía Ramírez, del Partido Conservador; Clara López, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, y Avella, de la UP, a quienes se sumará el aspirante de la Alianza Verde.

Avella está decidida a continuar su campaña pese al ataque contra su caravana, que según el Gobierno fue cometido por el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), pero la decisión definitiva la tomará su partido el próximo 3 de marzo.

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