El Ministerio de Energía no ha enviado al Consejo de Estado el borrador de decreto que redactó hace ya tres meses para impedir el cierre de centrales de carbón y nucleares. El plan está congelado. Oficialmente, el ministerio asegura que "se está trabajando en el texto", sin que haya previsiones de cuándo se enviará al Consejo de Estado para que elabore su dictamen sobre la norma. El dictamen es preceptivo, aunque no vinculante, antes de la aprobación definitiva del decreto.
El plan para mantener en funcionamiento las centrales de carbón y las nucleares es una de las medidas paralizadas hasta que se despeje el relevo del ministro de Luis de Guindos. En la quiniela de la sucesión, el titular de Energía, Álvaro Nadal, es uno de los candidatos más destacados. Por eso, tanto en el Congreso como entre las empresas del sector energético, se da por hecho que el ministro ha decidido rebajar el perfil que en los últimos meses lo ha colocado en primer plano de actualidad.
El departamento de Nadal no admite congelación o dilación alguna en los anuncios realizados. Las enmiendas que trató de introducir sin éxito en la Ley de Medidas Urgentes contra la Sequía en el Senado para recortar la retribución a eléctricas y gasistas por actividades reguladas y para dificultar el cierre de nucleares siguen su curso. "Se han trasladado las propuestas a los grupos políticos", sostienen las fuentes ministeriales consultadas.
Sin ningún avance
Pero no hay avance alguno. Nadal anunció que las enmiendas serían tramitadas en forma de proposición de ley, pero el secretario de Medio Ambiente socialista, Hugo Morán, precisa que en el Congreso "no se ha movido nada desde los anuncios [de Nadal] que tanto revuelo provocaron". El PSOE vincula la congelación de las medidas anunciadas con las posibles expectativas de Nadal para sustituir a De Guindos.
El repentino enfriamiento del ardor reformador de Nadal es objeto de comentarios -y desconcierto- en el ámbito empresarial. En la presentación de resultados de Enagás, participada en un 5% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la mayoría de las preguntas de los analistas tenían que ver con la regulación, es decir, con las consecuencias de los anuncios de Nadal.
De momento son simplemente eso: anuncios. Porque se ha cruzado la cuestión de la remodelación del Gobierno y porque el responsable de Energía carece de apoyos políticos suficientes para desatascar sus propuestas. No es opinión. Lo ha explicado el propio ministro: "El Gobierno-declaró hace unas semanas- no está muy acompañado" y su "soledad" en el Congreso de los Diputados es "amplia".
Con tal soledad, las empresas más afectadas por las medidas adelantadas por Energía están a la expectativa. En las presentaciones de resultados de Red Eléctrica de España (REE) y de Enagás, sus responsables comentaron ante analistas que no esperan recortes de ingresos en los dos próximos años. Diga lo que diga el ministerio.
Nadal mantiene la pelea
Nadal no da por concluida la pelea. La Comisión Nacional de los Mercados y de la Comptencia (CNMC) puso serios reparos al decreto para impedir el cierre de centrales , pero la versión oficial sostiene que se está trabajando en los textos para recoger alguna de las "sugerencias" de Competencia. No es una tarea fácil porque, en opinión de la CNMC, el decreto introduce inseguridad jurídica, supone una excesiva discrecionalidad del Ejecutivo, se ha elaborado con precipitación e introduce mecanismos para mantener las centrales abiertas que pueden ser ayudas de Estado.
Queda por ver a qué conclusiones llega el Consejo de Estado cuando le llegue el borrador de decreto, siempre que el responsable de su redacción lo mantenga. El dictamen del Consejo no es vinculante, pero sí tiene la condición de "determinante". Y puede aclarar una cuestión importante: si basta con un decreto para intervenir en el mercado, como sostiene el Ministerio de Energía, o esa intervención requiere una norma de rango superior.
De momento no hay respuesta. La salida del ministro Luis de Guindos del Ministerio de Economía ha impuesto su dinámica. Álvaro Nadal -como su hermano Alberto- están en las quinielas. Y, al menos en el caso del primero, la estrategia es la contraria a la máxima ignaciana de "en tiempos de tribulación, no hacer mudanza". En su lugar, Nadal parece haber asumido que, en tiempos de (posible y ventajosa) mudanza, no conviene alimentar tribulaciones... ni reformas polémicas.
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