La confrontación entre el arte moderno y la Iglesia, analizada en un libro

  • Las difíciles relaciones entre la Iglesia católica y el arte moderno en el siglo XX tras la destrucción causada en Europa por las dos Guerras Mundiales, que exigió la construcción o restauración de templos, son analizadas en un libro por Jon Echeverria y Friedhelm Mennekes.

Pamplona, 24 nov.- Las difíciles relaciones entre la Iglesia católica y el arte moderno en el siglo XX tras la destrucción causada en Europa por las dos Guerras Mundiales, que exigió la construcción o restauración de templos, son analizadas en un libro por Jon Echeverria y Friedhelm Mennekes.

Se trata de "Intrusos en la casa. Arte moderno, espacio sagrado. Arantzazu, Assy, Audincourt, Rothko Chapel, Vence, 1950-1971" que, editada por la Fundación Museo Oteiza y Kutxa, revisa la renovación del arte religioso en el siglo XX.

La destrucción causada en Europa por las dos Guerras Mundiales tuvo importantes consecuencias en las relaciones entre la Iglesia Católica y el arte moderno, según ha explicado la Fundación Museo Oteiza con motivo de la presentación del volumen.

Así, ante la necesidad de construir nuevos templos o de reconstruir las dañados, se planteó el estilo que debía de seguirse, ya que "un abismo separaba el arte más avanzado de la época de los modos de representación auspiciados por la Iglesia católica".

El trabajo estudia el problema al que se enfrentó un sector eclesial y que, no sólo impulsó una profunda reflexión en el ámbito de la arquitectura religiosa, sino también en el de las artes plásticas.

Se estudian varios proyectos emblemáticos impulsados desde dentro de la Iglesia y emprendidos por destacados artistas modernos, como los de Notre-Dame-de-Toute-Grâce en Assy, Sacré Coeur en Audincourt, o la capilla del Rosario en Vence, donde participaron Henri Matisse, Georges Braque, Fernand Leger, Marc Chagall o Jean Bazaine.

Entre ellos, adquiere una especial significación el de la construcción de la basílica de Arantzazu, que generó la prohibición, por parte del Vaticano, de parte de las obras.

En este caso, del que aportan numerosa documentación inédita, la concepción artística de Jorge Oteiza, Nestor Basterretxea o Eduardo Chillida chocó con lo auspiciado por la cúpula eclesiástica.

Esta basílica -en cuya construcción también se implicaron Carlos Pascual de Lara, Xavier Álvarez de Eulate o Lucio Muñoz- constituye "un hito" en la historia de la arquitectura y la plástica de mediados del siglo XX.

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