La 'crisis catalana' diluye el poder de Podemos de cara al 20-D

    • La dimisión de ocho miembros de su dirección autonómica, entre ellos su líder, ahonda las fracturas a dos meses de las urnas.
    • El partido no ha cerrado aún la confluencia, que podría verse alterada si Barcelona en Comú, de Colau, opta por concurrir a las generales.
Iglesias, con la secretaria general de Podemos en Cataluña, Gemma Ubasart.
Iglesias, con la secretaria general de Podemos en Cataluña, Gemma Ubasart.

A la precampaña agitada en la que están sumidos ya los partidos se ha sumado en los últimos días, en el caso de Podemos, una crisis territorial que, con el contador apurando, podría comprometer las aspiraciones electorales del partido, en un momento, además, en que las encuestas van en caída.

A la dimisión de la secretaria general de la formación en Cataluña, Gemma Usabart, se añadieron ayer otros siete miembros del Consejo Ciudadano de Podem, una cuarta parte de sus miembros. La razón, trasladada a la dirección del partido, es la ausencia de autocrítica tras los malos resultados de Catalunya sí que es Pot y las dilaciones en fijar una estrategia a apenas dos meses de las generales. Ubasart dimitió por motivos personales unidos a "una visión crítica con el tono y la filosofía de la campaña electoral catalana" del 27-S, informó el pasado domingo el diario Critic.

La dirección del partido, de boca del propio Iglesias, relativizó los resultados catalanes en haber equivocado el discurso de campaña. Demasiado social, consideraron, en un escenario polarizado únicamente en torno a la independencia.

Las salidas en Cataluña representan, en cambio, un golpe de enorme calado estratégico para un partido. Sobre todo para uno emergente. La formación tenía prácticamente ultimada en la región la candidatura de las generales, réplica de Catalunya sí que es Pot, y en la que, pese a desacuerdos posteriores con IU, de nuevo aúna a ICV-EuiA,partido con el que concurrió el 27-S, pero la 'crisis' deja en incógnita el futuro de esta plataforma.

Más aún cuando Barcelona en Comú ha anunciado ya su debate para concurrir en las generales. La lista de la alcaldesa Ada Colau decidirá este mismo viernes si lo hace o no, algo que se da prácticamente por seguro por las insistentes reclamaciones de "una mayoría social que exige cambios profundos en la situación política y económica de Catalunya y el Estado español", como informó hace inos días en un comunicado.

La plataforma municipalista ha mantenido ya varias conversaciones informales con el partido de Iglesias para tratar de consensuar una lista conjunta, que, por deseo de Colau, estaría liderada por un independiente.

Conscientes de la oportunidad estratégica- "Deseamos que Colau se sume a este proyecto de cambio, emocionalmente sentimos que formamos parte del mismo proceso y de la misma ola de cambio, que no es exclusivo de unos pocos", afirmaba la secretaria de Programa y Análisis, Carolina Bescansa, esta misma semana- formar parte finalmente de esa confluencia podría suponer al mismo tiempo un golpe de liderazgos para Podemos.

Acostumbrado a llevar la rienda en las negociaciones-la campaña catalana pilotó básicamente en la estrategia establecida por la dirección 'morada'-las relaciones entre Colau e Iglesias, aunque fluidas, han atravesado también por momentos delicados. Como cuando la alcaldesa de Barcelona optó por evitar la vinculación con el partido morado y decidió no participar en la campaña electoral de la candidatura 'marca blanca' de Podemos.

Colau se justificó en el carácter plural de su plataforma y la necesidad de preservar los equilibrios-tampoco gusta la inclusión de varios reconocidos independentistas- y desligó su pertenencia a los de Iglesias, en línea con la alcaldesa madrileña, Manuela Carmena. Varios de sus concejales, en cambio, sí participaron.

Concurrir a las generales tiene también un claro valor estratégico para los de Colau, que tratarían así de sumar fuerzas para propiciar un cambio de gobierno a nivel estatal que le permita profundizar también en su programa. Barcelona en Comú ha apreciado ya la frustración porque muchas de sus propuestas no sean viables porque las competencias las tiene el Gobierno central.

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