La crisis vasca vuelve a airear las tensiones internas en el PP

  • Sonia López.

Sonia López.

Madrid, 6 mar.- La crisis de los populares vascos, que a dos días de su congreso siguen sin secretario general, ha abierto un nuevo frente en el Partido Popular, tradicionalmente disciplinado y poco acostumbrado a airear sus tensiones internas, aunque no pudo evitarlo tampoco en la renovación del liderazgo en Andalucía.

Después del turbulento proceso sucesorio en el PP andaluz, que acabó colocando en su presidencia a Juan Manuel Moreno, con el beneplácito de Mariano Rajoy, ahora tocaba el País Vasco.

Pocos esperaban que lo que se planeaba como una balsa de aceite se convirtiera en una de las mayores crisis de los populares vascos, después de la salida traumática de María San Gil.

Pero así ha sido. Quizá la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, no calculó bien las reticencias que provocaría en algunos sectores del partido su decisión de prescindir del número dos, Iñaki Oyarzabal, un hombre muy próximo al presidente del PP alavés y portavoz en el Congreso, Alfonso Alonso.

No hay que menospreciar el peso de Alonso en el partido e incluso en Moncloa, pero hoy en esa pugna ha entrado también la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que ve "lógico" que Quiroga quiera formar su equipo y tener en la Secretaría General a alguien de su entera confianza.

De hecho, Quiroga ya ha había elegido para ese puesto al concejal de Hacienda de San Sebastián, Manuel Uriarte, que finalmente se ha echado para atrás y ha dicho "no" por la imposibilidad de compatibilizar ambos cargos.

Quiroga se ha quedado sin candidato, pero en la dirección del PP niegan que haya habido amagos de dimisión o algún tipo de molestia, aunque la realidad es que a las puertas del congreso extraordinario que los populares vascos celebrarán este fin de semana en San Sebastián sigue sin haber consenso para elegir al secretario general.

Pese a que a Cospedal no le gusta hablar de "presiones" de uno u otro lado para imponer un candidato, los acontecimientos han puesto fácil que se hable públicamente de una nueva lucha interna de poder entre pesos pesados del partido.

Es el último melón que se le ha abierto al PP en un momento en el que ya parecía tener bastante con la elección de su número uno de la lista a las elecciones europeas, decisión que se mantiene pendiente del anuncio del presidente del partido Mariano Rajoy, hoy más ocupado por el congreso que el PP europeo celebra en Dublín para designar su candidato a las elecciones de mayo.

Quedan dos incógnitas, por tanto, sin resolver de cara al fin de semana.

La primera, el nombre del cabeza de cartel del PP para los comicios europeos, puesto para el que ha sonado con fuerza el titular de Agricultura, Miguel Arias Cañete, y otros como el vicesecretario general Esteban González Pons.

La segunda, más inesperada, el secretario general del PP vasco que saldrá del Congreso de San Sebastián.

Si además Cañete resulta el elegido para Europa, será entonces el momento de que Rajoy tenga que empezar a pensar en cambios de Gobierno.

Pero esa, sería ya otra crisis.

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