"Existe un intercambio con agentes federales estadounidenses en Rio desde agosto, especialmente para combatir el tráfico de armas", informó a la AFP una fuente de la secretaría de Seguridad pública del estado de Rio de Janeiro (Seseg).
La DEA, de su lado, confirmó a la AFP en Washington la apertura "de una oficina en Rio en los locales del consulado estadounidense".
"Es una ganancia para el país. La DEA tiene experiencia internacional. La DEA es una marca, obtiene información en muchos lugares del mundo", afirmó a la televisión Globo José Mariano Beltrame, secretario de Seguridad Pública del estado de Rio, donde la tasa de homicidios en 2014 fue de 20,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
"Vamos a tener aquí a un grupo especializado que ya está con nosotros en este combate. No sólo para identificar la ruta de las armas, sino también para identificar a las personas, los equipamientos, las drogas y otras cosas que ocasionan perjuicios a nuestra sociedad. Creo que puede ayudarnos mucho", subrayó Beltrame.
El objetivo principal del gobierno de Rio es realizar un registro de las rutas por las que entran las armas extranjeras en Brasil, que frecuentemente acaban en las manos de los traficantes de droga que operan en diferentes favelas de la ciudad.
A comienzo de septiembre, Beltrame propuso a la Cámara de Diputados en Brasilia un endurecimiento de las sanciones por llevar armas de uso restringido, así como granadas y explosivos.
"Nos incautamos de un fusil al día en Rio, eso no es posible, Rio no está en guerra. Quien tenga un equipamiento como ese debe sentir la fuerza de la ley y que no vale la pena tener ese tipo de arma", afirmó el responsable de la seguridad del tercer estado más poblado de Brasil.
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