La defensa del "caso Kárate" renuncia a interrogar a 40 testigos

  • La defensa del principal acusado del "caso Kárate", Fernando Torres Baena, ha renunciado a interrogar a 40 de los testigos que había propuesto, por lo que la vista de mañana ha sido suspendida y se cambiará el calendario de sesiones, ha informado hoy el presidente del tribunal, Emilio Moya.

Las Palmas de Gran Canaria, 24 sep.- La defensa del principal acusado del "caso Kárate", Fernando Torres Baena, ha renunciado a interrogar a 40 de los testigos que había propuesto, por lo que la vista de mañana ha sido suspendida y se cambiará el calendario de sesiones, ha informado hoy el presidente del tribunal, Emilio Moya.

Este decisión de la defensa obedece a un cambio de estrategia, según fuentes cercanas al caso, considerado el mayor proceso que se juzga en España por pederastia.

Moya ha informado de que las acusaciones han aceptado la renuncia de estos testimonios, procedentes del entorno de los pupilos de los acusados, durante la jornada de hoy, en la que ha declarado un alumno del gimnasio de Torres Baena identificado con el número 77, a propuesta de la defensa.

Este testigo ha afirmado al tribunal que las relaciones sexuales que mantuvo entre los 14 y los 16 años con el principal acusado y con las dos monitoras procesadas fueron consecuencia de la "manipulación" de la que fue objeto por parte de los acusados.

El número 77 ha explicado al tribunal que, aunque en su primera declaración ante la policía manifestó que esas relaciones se produjeron de forma consentida y que nunca fue coaccionado por los procesados, posteriormente la modificó.

A preguntas de la defensa, ha negado que el cambio en sus declaraciones se debiera a que fuera instado a ello por otra testigo, sino que entonces no lo desveló por "vergüenza".

Según ha dicho, perdió su virginidad con la acusada María José González en algún momento cuando contaba entre 14 y 16 años y que, a raíz de ahí, también mantuvo relaciones sexuales con Torres Baena y con la procesada Ivonne González, con los que llegó a formar tríos en el chalé de Vargas, propiedad del principal acusado.

Este testigo ha señalado que las relaciones sexuales que tuvo con las dos monitoras fueron propiciadas por el "ambiente" que había en el gimnasio, al que dejó de ir en 2005, cuando tenía 17 años, porque empezó a practicar fútbol.

Así mismo, ha dicho que, a pesar de que es heterosexual, también consintió mantener relaciones con el principal acusado por la "manipulación" de la que fue objeto.

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