La diócesis llama a "nuevo comienzo" tras la renuncia del obispo sospechoso de pederastia

  • Berlín.- La diócesis bávara de Augsburgo llamó hoy a emprender el rumbo de un "nuevo comienzo", tras aceptar el Vaticano la renuncia de su obispo, Walter Mixa, confeso de maltrato físico a menores y bajo sospecha de pederastia.

Berlín.- La diócesis bávara de Augsburgo llamó hoy a emprender el rumbo de un "nuevo comienzo", tras aceptar el Vaticano la renuncia de su obispo, Walter Mixa, confeso de maltrato físico a menores y bajo sospecha de pederastia.

"Debemos emprender juntos el camino de la renovación", indicó el vicario general de la diócesis y ahora obispo en funciones, Karlheinz Knebel, nada más conocerse esta mañana la aceptación de la renuncia de Mixa por parte del Papa Benedicto XVI.

El obispo, de 69 años y representante del ala más conservadora de la Iglesia bávara, puso su cargo a disposición del Pontífice el 21 de abril, tras semanas de revuelo por las revelaciones de malos tratos y palizas brutales a menores de un hospicio, que primero rechazó y luego admitió, a la luz de declaraciones juradas de sus víctimas.

A esas sospechas, relativas a sus años como párroco en Schrobenhausen, entre 1975 y 1996, siguieron sospechas de malversación en una fundación local y, ahora, la apertura de sumario por presuntos abusos sexuales a un muchacho, siendo obispo de Eichstätt, entre 1996 y 2005.

La fiscalía bávara de Ingolstadt comunicó ayer la apertura de sumario, confirmando así informaciones de medios alemanes, según los cuales la denuncia fue presentada por la propia diócesis de Augsburgo a instancias del entorno de la víctima.

El semanario "Der Spiegel" informa hoy que en esos tiempos en Eichstätt el obispo solía invitar a los seminaristas a sus estancias privadas, iba a la sauna con ellos y que se ganó el apodo de Monsi -por "Monsignore"-.

En los ambientes eclesiásticos se le conocían ciertas tendencias homosexuales, según dicha publicación, que confronta estas especulaciones con sus críticas de Mixa contra los desfiles del Día del Orgullo Gay.

El obispo de Augsburgo y obispo militar del Ejército Federal se había ganado la reputación de representante de la línea más dura de la Iglesia bávara con estas declaraciones, junto en que atribuía los abusos de menores por párrocos católicos a la revolución sexual de los años 70 y 80.

Más controvertidas aún fueron unas declaraciones en que trazaba un paralelismo entre el aborto y el Holocausto, cuestión que provocó una protesta del Consejo Central de los Judíos de Alemania.

Según informaciones del diario "Süddeutsche Zeitung", las diligencias de la fiscalía por presunta pederastia se encuentran en su fase previa, se refieren a un caso considerado no grave, pero están suficientemente fundamentadas como para la apertura de diligencias.

De acuerdo a ese medio, la semana pasada acudieron al Vaticano para abordar la cuestión el presidente de la Conferencia Episcopal, Robert Zollitsch, y el arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, lo que habría motivado ahora la decisión del Papa.

Al revuelo causado por esas informaciones siguió una declaración del abogado de Mixa rechazando toda implicación en abusos sexuales, que calificó de absolutamente infundadas.

Las progresivas sospechas sobre Mixa -de malos tratos, primeros, de malversación, después, y ahora de pederastia- han sacudido la Iglesia de Baviera, el estado más católico y tradicionalista de Alemania, además de región natal del papa Joseph Ratzinger.

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