La directora que se negó a entregar las llaves el 9-N: "Yo he ido a declarar sin comitivas"

    • Dolores Agenjo fue la única directora de un centro escolar en Cataluña que se negó a abrir para la consulta prohibida por el Constitucional.
    • Este lunes ha declarado como testigo de cargo contra el Govern. Mas trató de aplazar hasta dos veces su comparecencia.
Dolores Agenjo, este lunes tras declarar ante el juez.
Dolores Agenjo, este lunes tras declarar ante el juez.

Dolores Agenjo Recuero (Barcelona, 1955) fue el pasado 9 de noviembre la única directora que se negó a entregar las llaves de su centro para que fuese sede electoral de la consulta prohibida por el Tribunal Constitucional.

Agenjo solicitaba al departamento de Educación una orden por escrito para cubrirse ante posibles consecuencias legales de aquel proceso. Nunca la recibió. A cambio, aseguró, sí hubo presiones hasta dos días antes del 9-N para que cediese a las intenciones del Govern. En concreto, detalla, hasta media docena de llamadas con la directora de Servicios Territoriales, Montse Llovet, quien, en una de esas comunicaciones, le llegó a prometer la entrega de un papel.

Nunca lo hizo, en cambio. Al día siguiente de la consulta, Agenjo encontró insultos y amenazas en el correo del colegio. Desde entonces, ninguna comunicación más por parte de la Generalitat. La consellera de Educación, Irene Rigau, negó ante el juez en su declaración la pasada semana haber dado "orden o instrucción" a los directores de instituto para la organización de la consulta y aseguró que se limitó "simplemente a informarles de que los centros podrían ser usados" para la misma por parte de voluntarios.

La profesora, ahora jubilada, ha declarado este lunes como testigo de cargo contra el Govern. Una declaración que la defensa de Mas ha tratado de aplazar hasta en dos ocasiones. Un detalle que da muestra de los temores que su testimonio despiertan en la administración catalana.

¿Qué ha podido decirle al juez?
Mi impresión es muy buena. He estado tranquila, relajada y he podido decir lo que pasó y en este sentido, me siento liberada de haber podido decirlo en sede judicial.


El Govern trató de frenarla hasta en dos ocasiones...
Sí, han alegado diversas circunstancias. La primera vez porque decían que no les había dado tiempo a leer los correos que mantuvimos los directores en los que se hablaba de las instrucciones, después, porque decían que era periodo electoral y yo estaba en las listas de Ciudadanos-aunque no es afiliada, concurrió como número 23 en las listas de esta formación en las elecciones del 27-S- y que ellos querían declarar antes. Así hemos estado dos meses a la espera.


¿Tanto miedo da usted a Artur Mas?
No creo que a mi me tengan que temer. Soy una profesora jubilada y exdirectora. Y hoy he ido sola, no he llevado comitiva ni he tenido asesoramiento jurídico. Soy una ciudadana que quiere contar lo que pasó aquellos días. A mí me sorprendió muchísimo que se llamara a declarar a una determinadas personas, pero a ningún director. Si al fin y al cabo los centros abrieron aquellos días fue porque alguien lo autorizó y por eso creo que era pertinente ese testimonio. Aquellos días lo pasé muy mal, me sentí muy presionada.


¿Se arrepintió alguna vez?
Nunca. No me puedo arrepentir de haber hecho lo correcto. Si no lo hubiera hecho, me habría sentido mal, a disgusto, mi autoestima estaría por los suelos. Por miedo, por cobardía, por comodidad.


¿Qué sintió con las declaraciones de Rigau, Ortega y Mas?
Me subía por las paredes. ¿Cómo se puede decir que todo lo organizaron los voluntarios? No diré qué mienten, eso no saldrá de mi boca, porque también puede ser que ellos lo crean de verdad. Pero quizás no saben cómo funcionaron las cosas...Entre la consellera y los directores hay muchos mandos intermedios... Pero que los hechos no fueron como ellos dicen, no lo fueron de ninguna de las maneras. Yo no recibí instrucciones de la consellera, sino de la directora de servicios territoriales.


Nunca recibió ninguna orden... ¿Cómo interpreta aquella reacción del Govern?
Siempre me hacía la siguiente reflexión: ¿Por qué no me quieren dar la orden por escrito, si saben que se lo estoy pidiendo para protegerme. Me decía, si me dan la orden, les doy las llaves. ¿Qué miedo tienen, quieren que sea yo la que cargue con la responsabilidad? Me llegaron a decir que me darían el papel, pero que no se lo dijese a nadie. Entonces, si me quedaba alguna duda de que aquello era completamente ilegal, ya no me quedó ninguna.


¿Sintió vacío de sus compañeros?
No. Solamente hablaron conmigo los que estuvieron de acuerdo y me felicitaron. El resto no dijeron nada. Somos compañeros y las relaciones humanas, por suerte, al menos en el centro que yo dirigía, están por encima de los posicionamientos políticos y de otras cuestiones.


¿Cómo cree que acabará todo el proceso? ¿Y el futuro Govern?
No lo sé. Es una gran incógnita. El problema más grave que veo es que los que han recibido el mandato de gobernar, porque han recibido mayoría de escaños, están actuando como si hubieran recibido el mandato de preparar la independencia. Y esto no ha sido así, porque han sido más los votos del no que los del sí. Y también, que en este camino que se han trazado para llegar a la independencia están planteando desobedecer leyes. Entonces, ¿en qué situación quedamos el 52 por ciento de la población que no está de acuerdo con la independencia? ¿Qué va a ser de nosotros? Quizás también tengamos que desobedecerles a ellos, a los desobedientes. Es una situación complicada. Y nos están ignorando. Están pensando únicamente en ese porcentaje que quiere la independencia, y el resto necesitamos protección.


¿Se sienten desprotegidos?
Afortunadamente, creo que cada vez nos estamos destapando más, nos atrevemos más a decir las cosas, a no escondernos. Y estas elecciones han sido un punto de inflexión. La gente ha ido a votar con ganas, con ilusión, con la conciencia de que había que frenar esto.

Mostrar comentarios