La etarra Arriaga, absuelta por falta de pruebas de un asesinato en 1985

  • La Audiencia Nacional ha absuelto hoy a la etarra María Jesús Arriaga del asesinato en Pamplona el día de Nochebuena de 1985 del general jubilado de la Guardia Civil Juan Atares Peña porque la Fiscalía no aportó en el juicio ninguna prueba documental que confirmara su intervención en los hechos.

Madrid, 30 sep.- La Audiencia Nacional ha absuelto hoy a la etarra María Jesús Arriaga del asesinato en Pamplona el día de Nochebuena de 1985 del general jubilado de la Guardia Civil Juan Atares Peña porque la Fiscalía no aportó en el juicio ninguna prueba documental que confirmara su intervención en los hechos.

El fiscal, que pidió 28 años de prisión para Arriaga, sostuvo en en la vista oral celebrada el pasado martes que ésta alojaba en su vivienda a los autores materiales del atentado, los miembros del "comando Nafarroa" de ETA Juan José Legorburu, Mercedes Galdós y Juan María Lizarralde, y que después del asesinato les trasladó en su vehículo de vuelta a su domicilio.

En la sentencia notificada hoy, sin embargo, el tribunal declara que nada de eso ha quedado acreditado, ya que la Fiscalía no aportó el acta de entrada y registro en el domicilio de Arriaga, donde se encontraron tres pistolas y una metralleta, ni el mandamiento judicial que lo autorizaba.

La Fiscalía tampoco aportó ningún justificante de que Arriaga utilizase en esa época el vehículo en el que los etarras volvieron a la vivienda de la acusada.

"Para el Ministerio Fiscal esta comprobación en los registros de tráfico podría hacerla de oficio este tribunal, sin embargo ello no puede aceptarse porque significaría una quiebra del principio de igualdad de armas y sería una prueba sorpresiva que podría generar indefensión", dice la sentencia.

Los magistrados Javier Gómez Bermúdez, Manuela Fernández Prado y Nicolás Poveda añaden que, ante la falta de pruebas, "no puede estimarse acreditada la participación en los hechos de Arriaga", pese a estar convencidos de que tanto ella como Galdós y Legorburu, que declararon como testigos, no dijeron la verdad en el juicio.

Así, recuerdan que, nada más ser detenidos, los dos etarras dieron el nombre de Arriaga y aseguraron que les había ayudado a huir, mientras que en el juicio dijeron que habían señalado falsamente a la acusada para dar más tiempo a que sus auténticos colaboradores se fugaran.

Arriaga, por su parte, admitió ante el tribunal que conocía a Galdós y a Legorburu, pero solo porque habían mantenido un par de citas con ellos en las que le solicitaron que colaborara con ETA, a lo que se negó.

Para el tribunal, las primeras declaraciones de los etarras "resultan más verosímiles", ya que "no parece posible que se hubiesen podido poner de acuerdo en involucrar a Arriaga de no ser cierta su participación en los hechos".

Añaden los magistrados que "sorprende que actualmente, cuando han transcurrido casi 25 años de estos hechos, la versión que prestan Legorburu y Galdós sea absolutamente coincidente con la versión que hoy por primera vez da la acusada sobre la forma en que se conocieron".

"De tratarse simplemente de una persona que hace 25 años se negó a colaborar con ellos, sería un hecho tan irrelevante que difícilmente pudiese ser recordado por todos de forma tan coincidente", concluye la sentencia.

A pesar de la absolución, Arriaga seguirá en prisión, ya que el pasado mes de marzo fue condenada a 23 años de cárcel por "su participación personal, directa y voluntariamente intencional" en el intento de asesinato del policía José María Izquierdo, en 1985 en Pamplona, con una bomba adosada a su vehículo que al estallar le mutiló un brazo y las dos piernas.

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