
La familia de Blanca Fernández Ochoa despide hoy a la medallista olímpica en Cercedilla, en plena sierra de Madrid, tres días después de que se encontrara el cadáver de la esquiadora y mientras aguarda los resultados definitivos de la autopsia. El velatorio es público, pero solo los más allegados podrán asistir a la despedida de la deportista, cuyos familiares esparcirán sus cenizas en el monte de Siete Picos, "su montaña preferida".
"Están todos rotos. Hemos tenido días muy largos y ahora estamos despidiéndonos de ella", ha indicado este sábado el portavoz familiar, Adrián Federighi, quien asegura que la familia no ha recibido ningún resultado de la autopsia. Antes de las nueve horas ya se encontraban a las puertas del tanatorio los dos hijos de Fernández Ochoa, Olivia y David Fresneda, así como su hermana Lola Fernández Ochoa. "Pocos comentarios podemos hacer hoy, estamos despidiendo a Blanca, estamos todos centrados en esta despedida. Es el último día que la vamos a tener aquí entre nosotros", ha sostenido el portavoz de la familia en declaraciones a los periodistas.
"Como ven está toda la familia, el cien por ciento de la familia y está viniendo mucha gente que la quería, que la quiere despedir y vamos a estar aquí hasta las 9 de la noche atendiendo a todo el mundo", ha añadido Federighi.
La capilla ardiente ha abierto sus puertas esta mañana en el tanatoriio de Cercedilla, adonde han acudido familia y vecinos para dar el último adiós a una de las grandes pioneras del deporte femenino español.
"Me da exactamente igual cómo haya fallecido"
Los familiares, que recibieron los restos de Blanca este viernes, cumplirán así su deseo, según ha explicado su hermana Lola, quien ha dicho que están "todos destrozados" y que la identificación no ha sido fácil porque "llevaba muchos días a la intemperie". Esta, ha querido responder a las especulaciones sobre las causas de la muerte, y ha afirmado: "Me da exactamente igual cómo haya fallecido, lo duro es que ha fallecido y hasta ahora todo el mundo se ha portado fenomenal, el caso es que no está, cómo ha sido, por qué lo ha hecho o por qué no lo ha hecho".
A las 17.40 horas de este viernes y una vez recibido el visto bueno del juez de Collado Villalba que lleva el caso, salieron del Instituto Anatómico Forense de Madrid los servicios funerarios encargados del trasladar el cuerpo al tanatorio Cercedilla. De momento, el ministro de Cultura y Deporte en funciones, José Guirao, y la presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), María José Rienda, han anunciado que acudirán a acompañar a la familia cuando la medallista sea despedida en el tanatorio.
"La despedida la haremos en familia. Parece que ella quería que la incinerasen y esparcir los retos en Siete Picos, que era su montaña preferida. Haremos una bonita excursión todos los hermanos y echarnos unas risas que era lo que a ella le gustaba", comentó Lola Fernández Ochoa.
Asimismo, el alcalde de la localidad madrileña, Luis Miguel Peña, acompañará junto con varios miembros del equipo municipal y vecinos de Cercecilla a la familia de la esquiadora olímpica. Además, la familia ha habilitado un espacio electrónico accesible a través de un código QR para que cualquier persona pueda trasladar sus condolencias con un mensaje electrónico.
La búsqueda del miércoles, una jornada crucial
El cuerpo sin vida de la medallista olímpica fue hallado este miércoles, después de que un vecino de Cercedilla informase a los agentes de que hacía unos días se había cruzado con la esquiadora, poco antes de que se perdiera su pista. El hombre aseguró que esta, tras besar la estatua de su hermano, se había santiguado y le había comunicado que se disponía a caminar hacia el escarpado pico de La Peñota. La noticia movilizó el dispositivo hacia la montaña pero, antes de que los efectivos pudieran peinar el área, un agente de la Guardia Civil fuera de servicio halló un cadáver que poco después fue identificado como el cuerpo de la histórica del esquí español.
Francisco Borreguero, sargento de la Guardia Civil, y su perra Xena, un pastor alemán de tres años, habían salido a pasear en su día libre para tratar de ayudar en la misión de rescate. Sobre las 12.30 horas del miércoles se encontraban en un lugar cercano a la ladera norte del pico, justo en el borde del área de búsqueda y a unas dos horas del punto en el que hallaron el vehículo de la desaparecida, estacionado al menos desde el 25 de agosto en Las Dehesas de Cercedilla. La frondosidad de este terreno, en el límite provincial de Madrid y Segovia, había impedido a los drones tomar imágenes pero el animal, que junto con su dueño forma parte del Servicio Cinológico del instituto armado, dio con el cuerpo de la esquiadora.
Un dispositivo sin precedentes
Para reforzar las batidas sobre el difícil terreno, se desplegaron siete drones equipados con la más avanzada tecnología de captura de imágenes, que se sumaron a los helicópteros que ya sobrevolaban el terreno pautado. Las patrullas de perros adiestrados para el rescate fueron cruciales dada la complejidad del relieve "escarpado, de vegetación muy espesa, con ríos, afloramientos de rocas", según aseguraban los propios agentes del GEO (Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional).
El despliegue de medios, humanos y técnicos, por tierra y por aire, arrancó el domingo 1 de septiembre, y se ha convertido en el mayor dispositivo de búsqueda que se ha dado nunca en la historia de la Comunidad de Madrid. Hasta cien agentes de la Policía Nacional, otro centenar efectivosd e la Guardia Civil, veinticinco profesionales del cuerpo de Bomberos han contribuido a la búsqueda de Fernández Ochoa. Además, la afluencia de voluntarios, tanto ciudadanos como miembros de Protección Civil, han apoyado el rastreo durante estos días.
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