La fiesta de Flandes, marcada por la profunda crisis de Gobierno en Bélgica

  • La profunda crisis política que vive Bélgica desde hace más de un año y que se agravó con la renuncia presentada por el encargado de formar gobierno, Elio Di Rupo, marcó hoy los discursos políticos de los líderes flamencos, en vísperas de la fiesta de la región de Flandes.

Bruselas, 10 jul.- La profunda crisis política que vive Bélgica desde hace más de un año y que se agravó con la renuncia presentada por el encargado de formar gobierno, Elio Di Rupo, marcó hoy los discursos políticos de los líderes flamencos, en vísperas de la fiesta de la región de Flandes.

El presidente del Gobierno regional flamenco, Kris Peeters, de los democristianos flamencos (CD&V), y el líder de los independentistas flamencos de la N-VA, Bart De Wever, defendieron en sendos discursos sus reivindicaciones, dos días después de que Di Rupo presentara su renuncia al rey Alberto II, que ha dado algunos días para la reflexión a los partidos políticos.

El plan de reforma del Estado de Di Rupo ofrecía a los flamencos un refuerzo de la autonomía de las regiones y un importante ajuste fiscal, dos de las demandas habituales de De Wever.

Los independentistas, sin embargo, respondieron con un rotundo "no" que echó por tierra cualquier posibilidad de avanzar sobre esas bases, pese a que la mayoría de fuerzas lo había respaldado.

La N-VA fue el partido más votado en las elecciones de junio de 2010, tanto en Flandes como en el conjunto de Bélgica.

De Wever advirtió en su discurso de que las formaciones políticas francófonas, que dijo se niegan a acometer reformas socio-económicas profundas, no tienen el derecho de imponer ese statu quo a la mayoría flamenca.

Evocó el papel que desempeñó el escritor Hendrik Conscience en el siglo XIX en el despertar de la identidad flamenca y las reacciones "demasiado tímidas y tardías" de la elite francófona de la época.

Esa misma elite reacciona actualmente de igual manera al plan socio-económico de Flandes, sostuvo.

Haciéndose eco de las recomendaciones de la UE, subrayó la necesidad de que se apliquen medidas económicas drásticas y reformas socio-económicas profundas, sobre lo que existe un amplio consenso en la región de Flandes, pero no así a nivel federal, agregó.

Antes de su discurso, Peeters afirmó por su parte en dos entrevistas que hay que reescribir el plan de Di Rupo porque el texto actual no constituye una buena base para las negociaciones.

El dirigente flamenco quiere, además, llegar hasta el límite de sus propias competencias sociales.

Peeters pretende impulsar el desarrollo, los seguros de dependencia y una prima para los niños desde el nacimiento hasta los tres años, así como poner un tope a las facturas por los cuidados a domicilio, según la agencia Belga.

En su discurso reclamó la autonomía fiscal en el marco de una reforma institucional profunda, una revolución "copernicana", un "nuevo modelo de sociedad", con estados fuertes que trabajan juntos como socios en el marco de una política adaptada.

Opinó que estos objetivos deben ser perseguidos en negociaciones "constructivas" y sobre un texto "claro", en el que se expongan en detalle las consecuencias financieras de las medidas propuestas, en clara crítica al documento de Di Rupo.

Defendió de nuevo su "Carta Magna para Flandes", en la que define a la región como un "Estado federado de la Bélgica federal y que forma parte de la Unión Europea".

La fiesta oficial de la comunidad flamenca recuerda cada año la llamada "batalla de las espuelas doradas" del 11 de julio de 1302, cuando las milicias flamencas, integradas sobre todo por campesinos y artesanos, derrotaron a un ejército de caballeros franceses en la ciudad de Courtrai (oeste de Bélgica).

Esa batalla evitó la anexión del antiguo condado de Flandes al patrimonio de los entonces reyes franceses y es un ejemplo de la resistencia contra la ocupación extranjera y del deseo de lograr la independencia y la autonomía.

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