El exjefe de la unidad de vigilancias

La gravedad del estado de la salud de un acusado clave 'sacude' el caso Villarejo

Enrique García Castaño está siendo juzgado en el primer juicio de la macrocausa. También está procesado en algunas de las principales líneas de investigación del procedimiento relacionadas con 'Kitchen' o Repsol.

El ex jefe de la UCAO Enrique García Castaño a su llegada a la Audiencia Nacional donde va a declarar por la pieza Iberdrola de la operación ‘Tándem’, a 2 de marzo de 2022
La gravedad del estado de salud de un imputado clave 'sacude' el caso Villarejo.
Europa Press

"Villarejo es un monstruo que han creado los políticos". Así de claro describió el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Nacional, Enrique García Castaño, al comisario jubilado José Manuel Villarejo en el primer juicio de la macrocausa 'Tándem', en el que se sienta en el banquillo de los acusados por presuntamente colaborar con el agente encubierto en los espionajes que realizó a través de sus empresas privadas, mientras seguía en activo en la Policía Nacional. Por estos hechos, la Fiscalía Anticorrupción solicita la condena a 87 años de prisión, por ser uno de los comisarios 'clave' que habrían facilitado datos a Villarejo. 

Según han informado varias fuentes jurídicas a La Información, la noticia sobre el empeoramiento de su estado de salud en las últimas horas han impactado a las personas cercanas y conocedoras de los avances de la macrocausa. Además de desear su pronta recuperación, estas fuentes han recordado que, dentro de la dolencia que padece desde hace años, García Castaño ha estado cumpliendo con sus obligaciones judiciales con normalidad. Así, a principios del pasado mes de marzo, el que fuera jefe de la unidad policial dedicada a seguimientos y vigilancias acudió a la Audiencia Nacional para declarar como testigo ante el juez que investiga el denominado 'caso Tándem'. 

En esta ocasión, su testimonio se recabó en la línea de investigación centrada en la contratación de Cenyt, grupo empresarial liderado por Villarejo, por parte de Iberdrola entre 2004 y 2017. Durante su testifical -no está imputado en esta parte de la macrocausa por la prescripción del delito-, el también comisario trató de desmontar la tesis que sostiene Anticorrupción desde los inicios de la causa. En este sentido, negó ser el "proveedor" de los datos telefónicos que el espía utilizó en sus informes entregados a la compañía eléctrica sobre posibles competidores. Aún así, despejó una posible incógnita de los investigadores: cómo llegó Iberdrola a Villarejo. Según la versión de García Castaño, el que fuera jefe de Seguridad de la eléctrica, Antonio Asenjo, se puso en contacto con el fallecido director adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional, Miguel Ángel Fernández Chico, ante la necesidad de tener que contratar servicios de inteligencia y éste le remitió a las empresas del agente encubierto.

Enrique García Castaño, conocido como 'El Gordo' y al que Villarejo apodó en sus agendas como 'Big', es uno de los principales imputados en el conocido como 'caso Villarejo'. Además de estar siendo juzgado en la vista oral en la que se ventilan de golpe tres piezas separadas de la treintena que conforman la macrocausa, está procesado en algunas de las líneas principales y más mediáticas, como la relativa a la 'operación Kitchen' o en la abierta por la contratación del Grupo Cenyt por parte de Repsol en 2011. También sigue investigado en la pieza centrada por los encargos realizados por BBVA al comisario jubilado durante más de una década. En todas ellas, Anticorrupción le atribuye el mismo papel: ser el encargado de facilitar la información policial a las empresas del agente encubierto. 

Colaboración con la Justicia

Sin embargo, el exjefe de las escuchas policiales, cuya labor fue determinante para operaciones de la lucha antiterrorista, no solo ha centrado su defensa en negar esta acusación, precisando que siempre ha actuado bajo el amparo de investigaciones policiales. También ha mostrado su intención de colaborar con la Justicia. Una postura que sobre todo se ha puesto de manifiesto en la investigación sobre la denominada 'operación Kitchen', el operativo parapolicial urdido en 2013, y sufragado con fondos reservados, para arrebatar al extesorero del PP Luis Bárcenas la información sensible que guardaba sobre la formación política. A lo largo de varias declaraciones ante el juez instructor, García Castaño -que también está procesado por estos hechos junto a la entonces cúpula policial- reveló cómo se hizo el clonado de los móviles sustraídos al exdirigente 'popular' en una cafetería y cómo los datos obtenidos se pusieron a disposición del Ministerio del Interior. Asimismo, explicó cómo se realizaron las vigilancias a la familia de Bárcenas. 

Aún con todo ello, García Castaño siempre ha defendido la legalidad de toda su actuación tanto en esta operación como en todas las que ha participado. También ha defendido la normalidad de los trabajos de Villarejo. En el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional insistió en que el comisario jubilado estaba autorizado para construir una estructura empresarial y usarla como "tapadera" de los servicios que realmente prestaba para la Policía y el CNI. "Toda la corporación sabía perfectamente qué hacía. Es la forma de trabajar en Inteligencia", destacó durante su declaración el pasado mes de diciembre. "Cuando el enemigo te observa... Una empresa en Marruecos, por ejemplo. Tú tienes que hacer negocios con esa empresa, de lo que sea, de venta de ajos, que existe. Es que si no te descuben y se dan cuenta de que es un tocomocho", explicó el comisario sobre la 'cara oculta' de su compañero de oficio. En esta línea, enfatizó que esta figura era necesaria en la Policía y que a lo largo de su vida profesional ha coincidido con "cuatro Villarejos".

Otra de las sospechas que rondan sobre García Castaño es el motivo por el que recibió dinero de Villarejo y si estos pagos tenían algún tipo de relación con los 'favores' policiales que habría realizado al comisario jubilado para su negocio privado. El exjefe de la UCAO fue interrogado por este punto durante el juicio y aseguró que solo usó las empresas del polémico policía para ahorrarse el IVA en la compra de dos coches. De hecho, puntualizó que la única vez que Villarejo le dio dinero, que fueron unos 5.000 euros, tenía como destino la unidad policial de que dirigía con el fin de abonar el trabajo realizado por varios "colaboradores", ya que los fondos reservados que se utilizaban para este cometido se habían retrasado. 

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