Medio millar más

La inmigración ilegal sube un 3% pese al acuerdo de abril entre Madrid y Rabat

El objetivo de España es atajar la masiva llegada de personas a nuestras costas. Un propósito con el que se comprometió Mohamed VI ante Sánchez y que se reforzó con una reunión de alto nivel el pasado mayo.

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La inmigración ilegal sube un 3% pese al acuerdo de abril entre Madrid y Rabat.
CONSORCIO DE EMERGENCIAS DE LANZAROTE

La inmigración en nuestro país sube un 3,3% hasta julio con respecto al año 2021. Son los datos del último informe del Ministerio del Interior. Así, el número de personas que llegaron a España de forma irregular, tanto por tierra como a través del mar, asciende a 16.718. Es decir, medio millar (538) más que el año previo, que se situó en 16.180. En cuanto al número de inmigrantes que desembarcaron en nuestras costas por medio de cayucos volvió de nuevo a ser superior al del año anterior: un 0,4% más. Pasando de 14.939 personas a 14.996.

Una cifra -16.718- que sigue siendo superior a la del año previo a la pandemia. Así, en el año 2019, el número de irregulares fue de 16.600. Por otro lado, si atendemos al penúltimo informe publicado (del 1 de enero al 15 de julio de 2022), se aprecia que la cantidad de personas irregulares que llegó a nuestro país aumentó de forma porcentual en un 1,94% con respecto a 2021. Una cifra que no solo demuestra que el goteo sigue siendo constante, sino que además no parece disminuir, ya que los los quince días siguientes casi se duplicó el porcentaje. 

Una realidad que apunta a la complejidad de Madrid y Rabat para reducir el número de inmigrantes que llegan a España. Una vía por la que el Gobierno -pese a ello- ha apostado fuerte. De hecho, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un giro diplomático inédito (reconociendo el Sáhara Occidental como autonomía de Marruecos) 'sacrificó' sus buenas relaciones con uno de sus principales suministradores de gas (Argelia) para controlar la inmigración procedente de África. 

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La inmigración ilegal sube un 3% pese al acuerdo de abril entre Madrid y Rabat.

POOL MONCLOA/BORJA PUIG DE LA BELLACASA

A principios de este mes de mayo, los gobiernos de España y Marruecos celebraron en Rabat la XX Reunión del Grupo Permanente Hispano-Marroquí sobre Migraciones, que fue uno de los principales compromisos incluidos en la hoja de ruta acordada el 7 de abril tras el encuentro entre Sánchez y el Rey de Marruecos, Mohamed VI. Allí se analizaron nuevos retos en materia migratoria y se fijaron puntos de colaboración (como las patrullas mixtas marítimas, terrestres y aéreas entre la Guardia Civil y la Gendarmería Real marroquí). 

No obstante, aunque la inmigración siga siendo más alta que el pasado año, la actuación de Marruecos ha cambiado de forma radical: de permitir la entrada de unos 10.000 inmigrantes procedentes de su país a Ceuta a repeler con una brutal agresividad a personas que trataron de saltar la valla de Melilla el pasado junio, provocando la muerte de varias decenas de ellos. Una actuación que recibió fuertes críticas por parte de la opinión pública española y también de algunos organismos internacionales.

La situación en el Sahel (una serie de territorios al norte de África que sufren un clima árido que impide el desarrollo de la agricultura) comienza a preocupar en Europa y, en especial, en España. Esta es también una de las razones de fondo de esta apuesta por mejorar las relaciones con el reino aluita. Un país con el que España no mantenía, a principios de esta legislatura, una buena relación por una serie de actuaciones del presidente Sánchez y de su exministra de Asuntos Exteriores, Arantxa González Laya. 

La amenaza de una inmigración masiva hacia Europa es real y algunas instituciones de nuestro país ya estudian sus consecuencias. Hace unos días, el Banco de España publicó un informe sobre el efecto de las crisis alimentarias en los procesos de inmigración internacional. "Los resultados de este trabajo sugieren que una eventual crisis alimentaria global podría desencadenar importantes procesos migratorios a escala internacional, cuyo alcance dependería de su gravedad. Estos resultados ponen de relieve la necesidad de ofrecer una respuesta adecuada a los efectos de la creciente inseguridad alimentaria y la importancia de acuerdos multilaterales que permitan una adecuada financiación de la lucha contra la emergente crisis alimentaria global", concluyeron desde el Banco de España.

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