La izquierda abertzale prepara su vuelta al Congreso con una marca diferente a Bildu

  • Sin Sortu, pero con Aralar. La izquierda abertzale se presentará a las elecciones generales del 20N quince años después de su última participación en el Congreso y exactamente veintidós después del atentado que acabó con la vida de su histórico líder Josu Muguruza a pocos metros de la Cámara Baja. Euskal Herria Ezkerretik se perfila como posible marca electoral de la nueva coalición.
Bildu se prepara para el 20N
Bildu se prepara para el 20N
C.I.
Borja Ventura

Especial: En territorio Bildu

20 de noviembre de 1989. Herri Batasuna acaba de cosechar los mejores resultados de su historia en unas elecciones generales, con cuatro diputados y tres senadores. Esa noche, en una mesa del madrileño Hotel Alcalá, la delegación de HB cena reunida para preparar la sesión del día siguiente. Varias personas acceden al local, se plantan junto a ellos y les disparan a sangre fría. En el atentado, por el que se juzgó y condenó al policía Ángel Duce, militante de ultraderecha, y en el se implicó a Ricardo Sáenz de Ynestrillas, falleció Josu Muguruza y resultó gravemente herido Iñaki Esnaola. El resto de los presentes no murieron porque una de las armas se encasquilló. A uno le sustituyó Ángel Alcalde, un preso condenado por pertenencia a ETA que pasó directamente de la cárcel al Congreso; al otro, Rafael Díez Usabiaga, sobre quien hoy pesa una condena a diez años de cárcel por el caso Bateragune.

Tras aquel atentado la izquierda abertzale estuvo presente dos legislaturas más en las Cortes, pero nada volvió a ser lo mismo. Este 20 de noviembre, ahora ya en 2011, el curso de la historia puede cambiar tras quince años sin representantes en el Congreso de los Diputados. La última vez fue tras las elecciones que llevaron a Aznar Gobierno, cuando María Jesús Arostegui y Begoña Galdeano, diputadas electas y familiares de asesinados por los GAL, fueron desposeídas de sus derechos como diputadas apenas dos meses y medio después de las elecciones en las que HB había obtenido dos escaños. El motivo: no habían presentado sus credenciales electorales, no habían cumplimentado su declaración de actividades y tampoco habían acatado la Constitución. Desde aquel 28 de mayo de 1996 la izquierda abertzale no ha vuelto a pisar el Hemiciclo en virtud de la Ley de Partidos... hasta ahora que Bildu ha entrado en escena.

Su éxito en las últimas elecciones autonómicas hizo que sus líderes, en plena euforia, se plantearan la posibilidad de concurrir a las generales. La coalición fue la segunda fuerza más votada de Euskadi y la que más ediles consiguió, lo que extrapolando los datos le dejaría a las puertas de la formación de un grupo parlamentario propio por primera vez en su historia. Y lo que es más significativo aún: su irrupción en el Congreso podría dejar muy diezmada la representación parlamentaria del PNV, último gran socio del Gobierno socialista.

Nuevo objetivo: las generales

Con esos mimbres la izquierda abertzale tuvo clara la idea de presentarse a las elecciones desde antes de que se supiera la fecha de éstas. Lo que no estaba tan claro era cómo presentarse. La idea original fue esperar a la legalización de Sortu como partido y que fuera dicha formación la que liderara la coalición Bildu, esta vez libre de independientes. Pero los acontecimientos obligan a cambiar la estrategia: Sortu sigue sin ser legal -y todo parece indicar que así seguirá, al menos de momento- y ha entrado en escena Aralar, un compañero tan deseado como inesperado.

La entrada de la antigua escisión de HB en la suma soberanista obliga a buscar una nueva marca, según uno de los independientes de la coalición. Es decir, Bildu no se presentará como tal a las elecciones, ya que según su razonamiento "es una coalición diferente, con otros integrantes". Otro miembro de Bildu aclara que no se ha decidido aún cuál será el nombre definitivo, pero que el nombre de la ponencia que dio origen a Bildu podría ser la marca definitiva: Euskal Herria Ezkerretik, es decir, "Euskal Herria por la izquierda".

Tampoco se sabe quién encabezará la lista de esa nueva marca abertzale, aunque fuentes de la coalición apuntan a un candidato que no despierte el rechazo de la Cámara. "Suena fuerte Oskar Matute" -portavoz de Alternatiba que en las elecciones municipales cerró simbólicamente la lista de Bildu por Barakaldo- "pero es complicado que dejen encabezar la lista al líder del partido más pequeño", señalan las citadas fuentes.

A falta de que a final de mes se resuelvan las incógnitas del nombre de la coalición y la confección de la lista, queda un punto por resolver que no es menor: qué papel desempeñarán en el Congreso. La izquierda abertzale vivió en los '80 un convulso debate interno sobre la conveniencia o no de tener presencia en las instituciones fuera de Euskadi y Navarra, debate que se cerró incluso con expulsiones de sus filas a quienes se salieron de los cauces del mismo. Finalmente, la pérdida de votos a finales de los '80 fue lo que decantó la balanza e hizo que los abertzales concurrieran a las generales.

Una presencia con escasa participación

Su presencia en el Congreso durante aquellos años fue de todo menos normal: en lugar de acatar la Constitución al tomar posesión de sus escaños usaron la fórmula "por imperativo legal", por lo que se les bloqueó como aforados de pleno derecho hasta que dos años después el Constitucional dio plena validez a sus actas de diputados y senadores. También simbólica fue la primera sesión en el Congreso, en la que Ángel Alcalde, el etarra que salió directamente de la cárcel para sustituir al asesinado Muguruza, se encaró con el Hemiciclo plantándose delante de Felipe González con los brazos en jarra

Aquellos años pasaron a la historia como los que más aforados de izquierda abertzale han conocido las Cámaras nacionales: Ángel Lacalle, Rafael Díez Usabiaga, Jon Idígoras, Itziar Aizpurúa, José Luis Álvarez Emparanza 'Txillardegi', Iñigo Iruin, Jose Luis Elkoro, Begoña Galdeano, María Jesús Aróstegi... También estuvo Begoña Garmendia, que acabó siendo expulsada de HB por condenar públicamente el asesinato de Gregorio Ordóñez poco antes de que Patxi Zabaleta abandonara la Mesa Nacional de Herri Batasuna para formar Aralar.

Pero en la legislatura en la que más diputados tuvieron su actividad no fue precisamente intensa: apenas hay una decena de referencias a HB en el archivo de las Cortes, todas ellas a manos del Grupo Popular, constando a su nombre sólo el recurso de amparo en referencia a la fórmula que eligieron para evitar acatar la Constitución. Del paso de la izquierda abertzale por el Hemiciclo quedan boicots dentro del Grupo Mixto para evitar que asumieran la portavocía del grupo en la Comisión de Interior, alguna petición respecto a la supresión del servicio militar que fue respondida, peticiones constantes sobre los presos de ETA y alguna manifestación suelta sobre la presencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado en Euskadi y Navarra. Los diputados abertzales se ausentaban sistemáticamente de los Plenos, hasta el punto que se tramitaron peticiones para retirarles las subvenciones correspondientes por su incomparecencia.

Lo que sí quedó en la memoria de la Cámara fue esta polémica estampa que pronto se verá repetida: un miembro de la izquierda abertzale hablando ante el Congreso de los Diputados en pleno, como hizo el fallecido Jon Idígoras en 1993 tras saludar en euskera al presidente de la Cámara. En el mismo vídeo se ve a un joven Díez Usabiaga en la última fila del Hemiciclo escuchando a su portavoz, a Felipe González y su entonces vicepresidente Narcís Serra y, enfrente, al entonces líder de la oposición José María Aznar acompañado por Francisco Álvarez Cascos.

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