La Justicia paquistaní rechaza que Musharraf se presente a las elecciones

  • Los tribunales electorales de Pakistán rechazaron la posibilidad de que el expresidente golpista Pervez Musharraf se presente a los comicios de mayo tras vetar su candidatura por problemas con la Justicia.

Pau Miranda

Islamabad, 16 abr.- Los tribunales electorales de Pakistán rechazaron la posibilidad de que el expresidente golpista Pervez Musharraf se presente a los comicios de mayo tras vetar su candidatura por problemas con la Justicia.

La Comisión Electoral de Pakistán (ECP), rechazó, por problemas con la Justicia, la candidatura del anterior jefe del Estado.

El exjefe del Ejército confiaba que los tribunales fueran más flexibles al aplicar los ambiguos requisitos para los candidatos electorales.

Sin embargo, los jueces no solo confirmaron el rechazo previo de la ECP a tres de las cuatro candidaturas de Musharraf, sino que, en un gesto inesperado, rechazaron también la cuarta candidatura del exgeneral en la remota región norteña de Chitral.

"Esto es totalmente injusto y no tiene ninguna base legal", dijo a Efe un portavoz del exmandatario, Rashid Qureshi, quien a media tarde afirmó que el equipo de Musharraf estaba reunido para diseñar una estrategia.

Según las autoridades electorales y judiciales del país, Musharraf no cumple los criterios exigidos por la Constitución paquistaní a los candidatos a un cargo público, entre los que está "ser sagaz, recto, no derrochador y honesto".

Los tribunales han tenido en cuenta sobre todo su papel en el decreto de estado de emergencia y la suspensión del orden constitucional que vivió Pakistán en noviembre de 2007, decisión por la que Musharraf también está siendo juzgado en el Tribunal Supremo.

Según el diario local Dawn, los magistrados han aceptado que aquella decisión fue del Gabinete de la época, pero han considerado que el exgeneral fue el máximo artífice del vuelco institucional ya que era presidente cuando este cargo tenía poder ejecutivo.

Musharraf llegó hace tres semanas a su país -tras un exilio autoimpuesto de cuatro años- y presentó su candidatura en cuatro circunscripciones: la capital, la ciudad oriental de Kasur (fronteriza con la India), la meridional Karachi y Chitral.

La primera criba de la Comisión Electoral rechazó las tres primeras opciones y los tribunales han mantenido hoy esa decisión a pesar de los recursos presentados por Musharraf, que también vio como su única candidatura viva, Chitral, caía por orden de los jueces.

Vetado para participar en los comicios, el expresidente afronta varios juicios: uno por la muerte de la exprimera ministra Benazir Bhutto en un atentado en 2007 y la del líder independentista baluchi Nawab Akbar Bugti en una operación militar un año antes.

Esos juicios prohíben a Musharraf salir del país.

La vuelta a Pakistán del exmandatario, que ha sido amenazado de muerte por los talibanes, desató diversas teorías sobre las razones ocultas del regreso de un personaje al que los analistas no daban opciones de tener un papel relevante en los comicios de mayo.

Algunos expertos lo vincularon al próximo relevo en la cúpula del Ejército, que tendrá lugar este año y en el que el exjefe de las Fuerzas Armadas puede favorecer a alguno de los sectores que pugnan por controlar la institución más poderosa del país asiático.

Otros analistas vieron en la reaparición de Musharraf la mano de Arabia Saudí, país que mantiene estrechos lazos con diversas instituciones locales y que, según algunos expertos, quiere promover a la jefatura de las Fuerzas Armadas a sectores conservadores.

Pervez Musharraf llegó al poder en 1999 tras dar un golpe de Estado contra el entonces primer ministro Nawaz Sharif que ahora se perfila como favorito en los comicios del próximo 11 de mayo.

Tras abandonar la jefatura del Ejército en 2007, el exgeneral quiso convertirse en presidente civil del país pero su régimen se derrumbó fruto de la presión de algunos sectores políticos y, sobre todo, de la judicatura.

Incluso sus amigos occidentales, que hicieron de Musharraf uno de sus principales aliados en la llamada 'guerra contra el terror' en Afganistán retiraron su apoyo al militar, que se vio aislado y obligado a convocar elecciones libres en 2008.

Un año después, el expresidente se auto exilió entre Londres y Dubái que ahora, cuatro años después, rompió para volver, según sus palabras, para "salvar" a un país que le ha vuelto la espalda.

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