La ley de acción exterior podría aprobarse mañana después de 33 borradores


La Ley de Acción Exterior, uno de los proyectos estrella del Ministerio que dirige José Manuel García-Margallo, se aprobará previsiblemente en el Consejo de Ministros de mañana después de ensayarse 33 borradores de la misma.
Así lo anunció el propio Margallo al entrar en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados. Aunque relativizó su pronóstico porque las perspectivas "cambian cada cuarto de hora", bromeó que en el cuarto de hora en que se le preguntó lo más probable es que se apruebe.
La norma se coló en su intercambio con los portavoces de la Comisión desde que el del PSOE, Álex Sáez, insistiera en reclamar que se apruebe una vez consensuada con los grupos parlamentarios, como ya hizo una de las propuestas de resolución socialistas en el marco del Debate sobre el Estado de la Nación, que fue rechazada por la mayoría absoluta del PP.
Margallo afirmó que está muy interesado en el consenso para esta ley, particularmente con el PSOE, porque la acción exterior no es sólo una política de Estado, sino "de la nación española", pero pidió que no le pidan bautizar al niño antes de alumbrarlo, porque su "parto" está siendo "complicado", como lo demuestra el que ya se han elaborado 33 borradores de la misma.
También discutió sobre esta ley con el portavoz de CiU en la Comisión, Jordi Xuclá, que reiteró las reticencias de su grupo acerca de la posibilidad de que el Gobierno central la utilice para boicotear la acción exterior de las comunidades autónomas, en particular la de Cataluña.
"Más autonomismo, imposible", se defendió el ministro, quien volvió a presentar el propósito de la norma como un intento de "ayudar" y "blindar" a las comunidades en sus iniciativas en el extranjero, al ofrecerse el Gobierno a asesorarlas o integrar su representación en la estatal, de tal forma que puedan resultar más eficientes al contar con los agregados de las embajadas. "Por muy nacionalistas que sean no son omniscientes", ironizó.
Además, recordó que la oferta de integrar las representaciones autonómicas en la estatal tiene su correlato en el propósito de integrar la española en la europea en aquellos lugares donde no haga falta tener una delegación específica. Y que los países escandinavos, que también son muy nacionalistas, suelen coordinarse en este sentido. "Eso crea sinergias", sentenció.

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