La metáfora de Santa Rosa

  • José Miguel Blanco.

José Miguel Blanco.

Madrid, 11 sep.- No es que el inicio del nuevo periodo de sesiones en el Congreso pueda decirse que ha venido acompañado de la normalidad, porque la intensa lluvia ha obligado a su aplazamiento debido no ya a las goteras que ha provocado, sino a los chorros de agua que caían sobre la tribuna de prensa y algunos de los escaños.

La lluvia ha sido puntual a la cita. Diez minutos antes de las nueve eran unas pocas las gotas que caían sobre el edificio de la Cámara Baja, pero a la hora de inicio del pleno y cuando el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, estaba sentado ya en su escaño, todo se ha precipitado.

Si es habitual entrar al hemiciclo y mirar hacia el techo para comprobar dónde están los tiros de Tejero, esta vez la mirada de todos se ha desviado para observar la cascada de agua que se filtraba por las molduras y por los conductos de aire acondicionado y los plásticos que ha habido que colocar para impedir que el agua prosiguiera su curso.

A la espera de las explicaciones oficiales, la primera conclusión es que las obras que obligaron a cerrar el Congreso durante el verano, que precisamente tenía entre sus objetivos acometer reformas que evitaran las goteras, o no estaban acabadas o no han logrado su objetivo.

Si los informadores han sido los primeros afectados porque ha sido la tribuna de prensa la que podría haber servido de aljibe debido a la forma en que sobre ella caía el agua, los diputados no se han librado.

Los "salpicados" han sido especialmente los parlamentarios de la Izquierda Plural, que han colaborado con el personal del servicio de limpieza de la Cámara y, con papel absorbente en mano, han ayudado a secar sus escaños.

No han faltado ante ello las bromas, como la de un miembro del Gobierno que respiraba por el hecho de que los diputados afectados no fueran los de CiU ya que podrían haberse quejado de que en un día como hoy, en el que Cataluña celebra la Diada, España les "moja".

Es la segunda vez en pocos días que la lluvia juega una mala pasada a España.

El pasado 9 de septiembre, justo cuando Madrid 2020 presentaba en Buenos Aires su candidatura ante el Comité Olímpico Internacional, la tromba de agua del fenómeno atmosférico que allí se conoce como la tormenta de Santa Rosa, provocó el corte de la señal de esa presentación.

No parece que eso influyera en que la capital no viera cumplido su sueño olímpico ni que la lluvia caída hoy sobre Madrid tuviera nada que ver con Santa Rosa.

Pero las consecuencias de la persistencia del agua sobre el hemiciclo y las "calabazas" del COI a Madrid sí han servido a los diputados de la oposición para hacer hoy todo tipo de comparaciones y comentarios, bien a los periodistas, bien mediante sus cuentas en twitter.

La palabra que más han repetido es la de metáfora, ya que consideran que la imagen que España ha trasladado hoy al mundo con la suspensión del pleno del Congreso debido a las goteras es una demostración de cómo está el país y de que los Juegos quizás le venían grandes.

Muchos decían que les dolía que fueran testigos directos de lo que ocurría un grupo de invitados por el Congreso y que creían ciudadanos de quien consiguió finalmente los Juegos de 2020: Japón.

Quizás no les sirva de mucho consuelo el que supieran después que no eran japoneses, sino una delegación del Parlamento de Taiwan.

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