Naciones Unidas.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó hoy al Gobierno de Sudán y a los grupos rebeldes que lo combaten en Darfur a que respeten el alto el fuego acordado por las partes, tras los recientes enfrentamientos y el aumento de las actividades militares registrados en la región.
El portavoz de la ONU, Martin Nesirky, expresó en un comunicado la preocupación del máximo responsable del organismo ante el deterioro de la situación, y en particular por las consecuencias de la reanudación de la violencia para la población civil.
Ban "insta a todas las partes a respetar la declaración del cese de las hostilidades y regresar a la mesa de negociación en Doha lo antes posible, para lograr una solución integral de la crisis en Darfur", agregó Nesirky.
La reanudación de la violencia en esta región occidental de Sudán amenaza con descarrilar el proceso de paz mediado por Naciones Unidas y la Unión Africana, que en febrero lograron sellar un acuerdo en Qatar entre Jartum y el Movimiento de Justicia e Igualdad (MJI), el principal grupo rebelde.
Posteriormente, a principios de mayo, el MJI anunció la retirada de la mesa de negociación debido a los combates producidos contra tropas sudanesas en su feudo de Jabal Mun.
Desde entonces, se han reproducido los combates en otras zonas de la región, a lo que se suman las acciones de facciones rebeldes que no participan en el proceso de paz, además de enfrentamientos entre etnias rivales, según el jefe de la misión de paz conjunta de la ONU y la UA en Darfur (UNAMID), Ibrahim Gambari.
El diplomático, en una comparecencia hoy ante el Consejo de Seguridad, aseguró que las últimas semanas se han caracterizado por los violentos combates entre guerrilleros del MJI y tropas gubernamentales en las tres zonas en que se divide Darfur.
"Estos enfrentamientos han causado un número considerable de bajas civiles, el desplazamiento de comunidades y han puesto en peligro la distribución de la ayuda humanitaria", explicó.
Asimismo, indicó que han exigido que se permita el acceso de los "cascos azules" a las localidades donde se han producido los enfrentamientos más encarnizados para evaluar la situación humanitaria de la población.
Gambari resaltó que el personal de la ONU y diversas organizaciones humanitarias siguen siendo objeto de ataques, que han resultado en la muerte y secuestro de militares de UNAMID.
Por ello, se han dado órdenes a las tropas internacionales para que respondan "de una manera más firme" a las agresiones, afirmó.
A la salida de la reunión, el diplomático nigeriano destacó en declaraciones a la prensa la importancia de que todas las partes acudan a la convocatoria de los mediadores internacionales para retomar en junio el proceso de paz en Doha.
"La ventana de oportunidad se está cerrando y el tren parte de la estación", señaló Gambari, quien instó a llegar a un acuerdo de paz definitivo en Darfur, antes de que la atención internacional se desplace el año que viene al referéndum de autodeterminación que se celebrará en el sur de Sudán.
Por su parte, el embajador de Jartum ante la ONU, Abdalmahmud Abdalhaleem, reafirmó el interés del Gobierno en cooperar con UNAMID y lograr avances en las conversaciones en Doha.
"El Gobierno está comprometido con el proceso de paz y haremos los que sea necesario para que tenga éxito", agregó.
La guerra en Darfur, que estalló en 2003, ha causado unos 300.000 muertos y ha obligado a 2,7 millones de personas a abandonar sus comunidades de origen, según datos de la ONU.
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