La ONU pide a los gobiernos que combatan las drogas que facilitan la violación

  • Viena.- La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) ha lanzado una advertencia contra el aumento del uso de nuevas drogas para facilitar las agresiones sexuales y despojar de sus bienes a las víctimas.

Las drogas son una grave amenaza para la estabilidad de Afganistán e Irán
Las drogas son una grave amenaza para la estabilidad de Afganistán e Irán

Viena.- La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) ha lanzado una advertencia contra el aumento del uso de nuevas drogas para facilitar las agresiones sexuales y despojar de sus bienes a las víctimas.

En su informe anual publicado hoy, la JIFE, órgano independiente dentro del sistema de las Naciones Unidas, afirma que pese a los esfuerzos hechos para poner coto a esa práctica, el uso de las llamadas "drogas de violación" va en aumento.

Advierte también de que "las nuevas sustancias psicoactivas se consiguen con más facilidad" puesto que están sometidas a un control internacional "menos estricto".

La JIFE apunta que el fenómeno de la "droga de violación" es bastante nuevo, pero que avanza rápidamente, porque los agresores utilizan también sustancias no sometidas a fiscalización.

Para ello -dice- se recurre a sustancias de la familia de la benzodiazepina a fin de "debilitar la resistencia de sus víctimas y aprovecharse de ellas sin su consentimiento, despojándolas de sus bienes o ultrajándolas físicamente".

El organismo recuerda también que el flunitrazepam, que contiene benzodiazepina y que se comercializa con el nombre de Rohypnol, llegó a utilizarse tan comúnmente para perpetrar agresiones sexuales que recibió el nombre de "droga de violación", aunque últimamente su consumo se ha reducido mucho gracias a un control más estricto.

Pero los delincuentes recurren ahora a otras sustancias, como el ácido gammahidroxibutírico (GHB), un psicotrópico que hasta hace poco no estaba sometido a fiscalización internacional, y otros productos como la ketamina y la gamma-butirolactona (GBL), que se consiguen fácilmente en muchos países.

La JIFE denuncia también la manera sin escrúpulos de administrar esas sustancias a las víctimas, sin que se enteren, ya que por lo general se dan disimuladas en alimentos o bebidas y en elevadas dosis, "una práctica que entraña graves riesgos para la salud de las víctimas".

Agrega que los delitos de agresión sexual con frecuencia no sólo se cometen en lugares públicos como bares, restaurantes y clubes nocturnos, sino también en ambientes privados, lo que ha hecho que la comunidad internacional haya aunado esfuerzos y demostrado su determinación para hacer frente al problema.

En marzo de 2009, la Comisión de Estupefacientes ya instó a todos los países a que adoptaran medidas para combatir el uso de productos farmacéuticos con miras a facilitar la agresión sexual y sensibilizaran a la opinión pública acerca de ese grave problema.

La Comisión también invitó a la industria farmacéutica a que elabore fórmulas con ingredientes de protección, como colorantes y agentes saborizantes, a fin de advertir a las posibles víctimas de la adulteración de las bebidas.

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