La pedanía de Moratalla, cuatro pueblos murcianos en los que nadie quiere votar

  • Los más de 1.200 vecinos de estos pequeños municipios de Murcia deciden plantar a las urnas para llamar la atención sobre el abandono que sufren.
Imagen de archivo de un almacén de urnas y papeletas.EFE
Imagen de archivo de un almacén de urnas y papeletas.EFE

En una jornada dominical que bate récords de participación, una región de Murcia que reúne a cuatro pueblos, ninguno de sus habitantes con derecho a voto acudió a votar. Benizar, Otos, Mazuza y Casa Requena, que suman una población total de 1.270 personas y un censo de 868 electores, los vecinos decidieron con días de antelación darle plantón a los partidos que concurren en estas elecciones generales.

El éxito de esta movilización ciudadana, que a mediodía ya quedó claro que no había ambiente electoral y que es un domingo cualquiera, con mercadillo de ropa, frutas y verduras en la calle y ningún movimiento en el salón social de Benizar, donde se han instalado las urnas.

Sergio Sánchez, el portavoz de la asociación de vecinos de esta pedanía moratallera y uno de los impulsores de esta protesta, cuenta que es un decisión "pacífica, libre y sensata". La noticia trascendió a la opinión pública en el momento en que hicieron ver que el millar de habitantes de estos pueblos no tienen transporte público ni servicios bancarios o que tardan más de una hora en recibir asistencia médica en caso de urgencias.

Se trata, según explica este carpintero de 36 años padre de un hijo, de un "experimento social" puesto en marcha tras más de una década de reclamaciones al ayuntamiento y a la Comunidad, que no han dado ningún fruto, y que podrían repetir en las municipales y autonómicas del 26 de mayo para llamar la atención sobre los agravios que tienen los habitantes de la España rural y vacía.

Aún emocionado por las muestras de apoyo que recibieron desde distintos ámbitos, el portavoz de los vecinos de Benizar subrayó que les resulta "muy triste" salir en las noticias por asuntos negativos, como el abandono en el que viven los habitantes de estos cuatro pueblos, si bien se queda con lo positivo que supuso poner el foco en su situación a través de la "lucha pacífica, el consenso y la unanimidad".

Para estos vecinos, plantar cara a las urnas es una forma de demostrar que se pueden denunciar cosas muy graves "sin romper un solo plato" porque para él, según dice, lo realmente importante de lo que pasó esta jornada electoral en el campo de Moratalla es que "se dio a conocer una forma de vivir diferente, muy difícil", en riesgo de desaparecer "por culpa de los políticos".

"Nosotros estamos ilusionados con seguir viviendo aquí pero nos preocupa mucho no tener pediatras ni acceso a los hospitales. También nos jugamos la vida en la única carretera de acceso al pueblo, y los políticos, que se supone que deberían trabajar para nosotros, no lo hacen", denuncia el portavoz. Las dificultades que entraña la vida rural hacen, según cuenta Sergio Sánchez, que los vecinos "trabajen a una" y estén totalmente volcados en la ayuda.

"Aquí practicamos el civismo y vivimos en la defensa mutua", recalcó este hombre para contar, por ejemplo, que cuando uno tiene que ir a la ciudad para tramitar cualquier documento lo pone en conocimiento del resto a través de WhatsApp y se organizan viajes conjuntos.

"Cuando surge algo, pues vamos tres coches con quince vecinos porque uno tiene que ir a pagar un sello, otro al banco y un tercero a por medicinas", narró el portavoz vecinal, quien no descartó que llegue el día en que tenga que abandonar su pueblo porque es injusto, opinó, que su hijo tenga menos acceso a la sanidad o la educación que otros niños por poder jugar tranquilo en la puerta de casa. "No votamos porque queremos justicia social", zanjó.

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