La Policía israelí investiga la muerte de un diplomático peruano

  • La Policía israelí investiga la muerte en extrañas circunstancias del auxiliar del agregado de Defensa de la Embajada de Perú en Tel Aviv, Rodrigo Castillo Córdoba, informaron hoy a Efe fuentes diplomáticas peruanas.

Jerusalén, 19 sep.- La Policía israelí investiga la muerte en extrañas circunstancias del auxiliar del agregado de Defensa de la Embajada de Perú en Tel Aviv, Rodrigo Castillo Córdoba, informaron hoy a Efe fuentes diplomáticas peruanas.

"La Embajada está colaborando con las autoridades israelíes en todo lo que está a nuestro alcance para que se esclarezcan los hechos", explicó hoy a Efe el embajador de Perú en Israel, José Luis Salinas Montes.

El embajador explicó que la familia de Castillo, "su mujer y dos hijos, que residen en Lima, recibieron ayer la visita de un comandante del Ejército para comunicarles el terrible suceso".

El cadáver del asistente al agregado militar apareció el domingo acuchillado en su apartamento de la ciudad de Ramle (cercana a Tel Aviv), donde se había mudado dos meses antes, informó hoy el diario israelí "Yediot Aharonot".

Los primeros resultados de la investigación indican que se trataría de un asesinato con arma blanca aunque, por el momento, los investigadores no tienen ninguna pista sobre el autor y tratan de averiguar si el fallecido tenía algún conflicto con alguien, asegura el rotativo.

Contactada por Efe, la oficina de información de la Policía israelí no ha ofrecido ningún dato sobre la investigación en curso, sobre la que un juez ha impuesto el secreto de sumario.

Córdoba, de unos 40 años, inició hace un año su servicio en Israel y, en un primer momento, se instaló en la ciudad de Bat-yam, pero el pasado julio se mudó a un edificio de viviendas en la localidad de Ramle, cerca del aeropuerto de Ben Gurión, indica el diario.

Según esta fuente, sobre las siete de la mañana del domingo varios obreros de la construcción que trabajaban en el edificio vieron que la puerta de la vivienda de Córdoba se encontraba abierta y que nadie entró ni salió de la casa durante todo el día.

Los trabajadores alertaron a una vecina, que se asomó por la puerta pero no se decidió a entrar al ver rastros de sangre.

"Eché un vistazo hacia el interior de la vivienda, vi sangre, me asusté y no entré", declaró la mujer al periódico.

Otro vecino, que sí penetró en la vivienda, vio un charco de sangre y llamó a la Policía.

"Era un chico bueno y tranquilo, es una pena que así haya terminado su vida", dijo la vecina al "Yedioth Aharonot".

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