La política de pactos y apoyos obligará a retratarse a PSOE, Podemos y Ciudadanos

    • Pactar es desvelar las cartas, dar coherencia al discurso y mirar de frente a los electores. Y eso no gusta, ni a los nuevos ni a los viejos políticos.
    • En el caso del PSOE, los riesgos son enormes. Ya tiene Pedro Sánchez una parte del partido como loca por girar a la izquierda, por distanciarse de forma rotunda del PP.
Sánchez abre ronda con sus 'barones' para hablar de pactos e iniciará contactos con Iglesias y Rivera
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G. R.

Llega la cultura de lo pactos a España, tan poco proclives a ellos a no ser que se activen para tapar las corruptelas. O porque no queda otro remedio para salir adelante como en la Transición. Y es que pactar es desvelar las cartas, dar coherencia al discurso y mirar de frente a los electores. Y eso no gusta, ni a los nuevos ni a los viejos políticos. Ahí está Susana esperando a que alguien la deje ser presidenta después de sus descabelladas elecciones anticipadas. Y luego se habla de nueva política. Felipe González lo ha dejado claro y conoce bien a los españoles: "Vamos hacia un parlamento a la italiana, pero sin italianos".

Nada nuevo. Muy vieja se va a ver a partir de ahora el juego político. Empezamos por Ciudadanos, el único que hasta el momento se ha atrevido al menos a no decir que no al PP de entrada. Porque aquí los pactos o se hacen con los propios o nada. Son los pactos made in Spain. Rivera también sabe bien cómo es España, pero confía en ella más que Felipe. Si pacta con el PP será acusado de ser su marca blanca. Malo. Perderá su aire de renovación y la gente preferirá votar al original en las generales.Ciudadanos influirá menos: una suerte para las generales

Si no pacta nada con el PP, se le dirá que su regeneración democrática y su idea de no hacer bloques es pura falacia. Si defiende que los que han logrado la mayoría gobiernen y no entra en el Gobierno, pero sí les permitiré gobernar transmitirá una línea clara. Y es posible que no se queme del todo en el intento. Podrá hacer felices al PP y al PSOE. "Hacen mal los que creen que vamos a pactar con el PP sin pedir cambios", ya ha dicho Rivera. Por algo es. Porque su influencia se ha desinflado al final de campaña más de los que ellos pensaban. Menos decisivos ahora, también menos comprometidos. Una suerte para las generales.

Ciudadanos tiene que decir de forma muy concreta sus líneas rojas (excesivas) para que no le pinten la cara por aliarse con el partido menos querido de España, aunque sea el más votado: El PP. Y lo hace: primarias, listas sin imputados… Veremos. Parece que Cifuentes y Rivera están condenados a entenderse. Al menos en Madrid, el pacto parece claro. Ciudadanos sabe que la centralidad no es fácil y que apoyar a unos y otros puede ser lo más sensato, pero a Suárez le costó abandonar la política. "Sensato, equilibrado, de Estado" es lo que repite Rivera. para vender su cambio y algo de eso debe hacer. En Madrid (donde Cifuentes es además amiga) parece el lugar más idóneo y representativo.

El PSOE dará con sus pactos cariz de prestigio a Podemos, que ve que las marcas blancas funcionan, pero el socialismo necesita poder.

En el caso del PSOE, los riesgos son enormes. Ya tiene Pedro Sánchez una parte del partido como loca por girar a la izquierda, por distanciarse de forma rotunda del PP (aunque sepa que con Bruselas vigilante las aventuras económicas te pueden salir como a Tsipras, entre mal y muy mal). ZP dio los primeros pasos. Pero, volviendo otra vez a Felipe González: las elecciones se ganan desde el centro. Si lo pierdes te conviertes en anécdota.

Así que, descartada desde el principio una gran coalición para impedir el abrazo del oso con el PP como ha ocurrido en Alemania y Reino Unido, el PSOE se defenderá diciendo que ellos no pactan con Podemos… sino que estos les apoyan. Una muleta más que un compañero. Pablo Iglesias ya se ha puesto la venda antes que la herida. "Para pactar con ellos deben dar un giro de 180º a su política). Pura comedia. El PSOE jugará a ser el partido líder de la izquierda…y Podemos a dignificarse.

Habrá batalla porque el PSOE puede ganar poder, pero perder gran parte del centro si no guarda las formas. ¿Podrá más quitar feudos al PP que la imagen del PSOE de cara a las elecciones? Sí, que pocos lo duden. Mariano pide que gobierne la mayoría, pero pocos le escuchan. El PSOE necesita poder y cree que Podemos puede llegar a ser su IU. Pero la primera que ha dicho no a los acuerdos globales para echar al PP de los municipios ha sido Susana Díaz. Y el PSOE también sabe que las mareas ciudadanos tienen más fuerza entre gran parte de la izquierda que la marca PSOE. Y ese es un riesgo que deberá valorar.

El PSOE sabe que con sus pactos estará dando cariz de presidenciable a un partido al que siempre ha considerado tan radical como amateur. Y eso puede provocar que la gente pida una izquierda que no se vista de derecha. Podemos tiene menos fuerza como marca, (porque asusta), que como agrupación ciudadana. Y es posible que gire para tomar el poder desde ahí (yo elegí a Carmena, ha dicho solo 24 horas después del triunfo).

A Podemos le interesa gobernar, acabar con el miedo, demostrar que puede liderar, y el PSOE necesita poder para demostrar que el cambio es posible y que él es el único partido para buscar un cambio sensato.

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