La primera dama de China intenta dar ejemplo de austeridad rechazando un piso

  • La cantante y oficial del Ejército chino Peng Liyuan, esposa del máximo líder comunista Xi Jinping, ha devuelto a las autoridades militares un apartamento que éstas le habían dado en Pekín, un gesto acorde con las llamadas a la austeridad que su marido ha hecho para mejorar la imagen del Estado.

Pekín, 28 feb.- La cantante y oficial del Ejército chino Peng Liyuan, esposa del máximo líder comunista Xi Jinping, ha devuelto a las autoridades militares un apartamento que éstas le habían dado en Pekín, un gesto acorde con las llamadas a la austeridad que su marido ha hecho para mejorar la imagen del Estado.

Peng, soprano de 51 años y más conocida entre la población china que su propio marido (sus canciones fueron muy populares en galas televisivas de los 80 y 90), ha devuelto al Ejército un piso que se le concedió hace años en un complejo militar del oeste de Pekín, cercano al Ministerio de Defensa.

Militares y funcionarios del Estado suelen recibir de sus unidades de trabajo este tipo de viviendas, a veces gratuitas y otras a precios mucho menores que los del mercado, mientras el resto de la ciudadanía tiene que lidiar con una burbuja inmobiliaria que ha disparado los precios de las residencias en todo el país.

Xi, secretario general del Partido Comunista y jefe del Ejército desde el pasado noviembre, asumirá en marzo también la presidencia del país, completando la transición de la tercera a la cuarta generación de líderes comunistas.

Tanto Xi como su antecesor, Hu Jintao, han pedido en los últimos meses una decidida lucha contra el fraude en las altas esferas y mayor austeridad entre los cargos a todos los niveles, como respuesta a varios escándalos de corrupción que han aumentado la desconfianza de los ciudadanos hacia el régimen de partido único.

El hecho de que la esposa de Xi sea una celebridad, frente al perfil casi anónimo de anteriores primeras damas del país asiático, ha causado expectación entre los medios chinos y extranjeros, que ven a Peng como un soplo de aire fresco en una política nacional a veces inmovilista y gris.

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