En apenas dos meses de gobierno

La primera ley feminista abre brechas en la coalición y enfrenta a las 'números 2'

Carmen Calvo e Irene Montero
Carmen Calvo e Irene Montero
EFE

Un encontronazo entre las 'números 2' de los líderes de los partidos que conforman el Gobierno ha abierta una brecha en la coalición difícil de cerrar. Lo que ha prendido la mecha es el anteproyecto de ley sobre libertad sexual, que tanto PSOE como Unidas Podemos querían sacar adelante antes del Día de la Mujer del 8 de marzo, y que está considerada como la primera gran medida feminista. Pero las objeciones de miembros de la parte socialista del Ejecutivo, como la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, pusieron en discusión ese plazo. Tras dos semanas de choques, la ley ha iniciado el camino de la tramitación. Pero la resaca que deja en el Ejecutivo, sobre todo en la relación de Calvo e Irene Montero, es la de primera grieta del pacto. Y esta no hace más que agravarse, como se desprende de las últimas palabras de Pablo Iglesias, que ha asegurado que en las excusas técnicas sobre la ley del 'solo sí es sí' "hay mucho machista frustrado". 

Las disensiones entre Calvo y la ministra de los morados vienen desde el propio diseño del Consejo de Ministros que pactaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. La vicepresidenta no vio con buenos ojos perder las competencias de Igualdad en favor de Podemos y de la figura de Montero, ya que se trata de una cuestión troncal del ideario socialista en la actualidad. De esta manera, Iglesias se anotó una gran victoria, ya que, además de ser un asunto del que los suyos hacen bandera, arrebató al PSOE una cartera muy valiosa por su simbolismo de cara al movimiento feminista. De paso, Unidas Podemos también tendría competencias para legislar sobre todo lo relacionado con este ámbito, cumpliendo así con las demandas de su electorado. 

Este fue el inicio de un problema que estalló hace apenas dos semanas. Entonces, el lado de los morados en el Gobierno denunció una operación del Ministerio de Justicia para paralizar la presentación de la nueva Ley Orgánica. El argumento del departamento de Campo era que el texto requería de ciertas modificaciones. Aunque, según señalaron fuentes de UP, esto respondía a un intento de retrasar la tramitación hasta que se abordara la reforma integral del Código Penal. Algo que habría retrasado una medida que fue una promesa expresa de ambos partidos. Y Podemos no estaba dispuesto a eso, por lo que mostró su malestar durante una mañana que fue especialmente tensa. Desde entonces, las disensiones se han acrecentado, con los de Iglesias dispuestos a tener su propio ritmo para presentar su propia agenda reformista frente al calendario de la vicepresidenta. 

Aunque el asunto se recondujo y ha terminado con la futura legislación integral del 'solo sí es sí' aprobada en Consejo de Ministros, la tensión entre ambas formaciones no se ha disipado. A pesar de que Irene Montero ha negado públicamente esos problemas en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Ejecutivo, hasta el punto de señalar que se trataba de simples discrepancias entre ministerios que se solucionaban internamente, lo cierto es que en las últimas se han producido episodios que han sentado muy mal a la ministra y a su entorno. Una de ellas ha sido la publicación en varios medios de que había sido Carmen Calvo la que había "salvado" su proyecto para la libertad sexual. La respuesta llegó apenas horas después, cuando trascendió desde fuentes de Igualdad que al ministro de Justicia "hay que obligarle para hacer avances feministas"

Y es que Juan Carlos Campo se ha convertido en uno de los principales enemigos de Unidas Podemos. Que todos los anteproyectos de ley tengan que pasar por sus manos obliga a que existe contacto permanente entre Iglesias y el resto de ministros morados con el socialista andaluz. Y el encargado de Justicia se ha convertido en un muro para las propuestas legislativas de Podemos. Porque los enfrentamiento con él no vienen solo por el 'solo sí es sí', ya que la despenalización de los delitos cometidos por los piquetes informativos en una huelga es otro asunto que ha enfrentado a ambas partes. La reforma profunda del Código Penal que se espera para esta legislatura es el otro asunto controvertido, con Podemos pidiendo que se acelere y Campo optando por hacerlo según el ritmo que considere.  

Dos ministros andaluces y socialistas, unidos

Esas trabas con la que se están encontrado Iglesias y Montero son el resultado de la unión de Justicia y la vicepresidencia primera para no permitir que las propuestas del socio minoritario no vean la luz tal y como este quiere. La relación entre Calvo y Campo no es casual, ya que además de ser compañeros de partido y ser andaluces, también son juristas y tienen la potestad de revisar todas las futuras leyes. En el caso de la vicepresidenta, por ser la conductora de la reunión de secretarios y subsecretarios de Estado, que es la que marca previamente qué se discute en los encuentros semanales del Consejo de Ministros. En el del ministro, por estar al frente de la cartera que revisa todo cambio legal. 

Fuentes de los morados consultadas por La Información insisten en que Carmen Calvo está intentando socavar su acción de gobierno, con el ejemplo de que se publique que la vicepresidenta se arrogue el haber "salvado" la reforma sobre la libertad sexual. Como ya publicó este medio, en Podemos consideran que hay varios ministros que no asumen que formen parte del Ejecutivo y que tienen el mismo que el resto de sus compañeros socialistas. Algo que achacan a "personas concretas" y no a todos los titulares de departamento que pertenecen al PSOE. Entre esas "personas concretas", además de Calvo y Campo, está el ministro del Interior. De hecho, la ley de asilo que tiene que presentar Fernando Grande-Marlaska ya empieza a generar problemas por las diferencias de criterio entre las formaciones de la coalición.

Mostrar comentarios