Sídney (Australia).- La primera ministra en funciones de Australia, Julia Gillard, descartó hoy celebrar nuevas elecciones para desbloquear la formación del próximo gobierno, que depende de una alianza de la minoría con su partido o la oposición.
Cuando han transcurrido diez días desde que los australianos fueron a las urnas para elegir el Parlamento, el Partido Laborista de Gillard y la coalición conservadora de Tony Abbott negocian una alianza con los tres diputados independientes de la minoría.
Los resultados provisionales de los comicios celebrados el pasado 21 de agosto, y cuando se ha escrutado el 81 por ciento de los votos, adelantan que la formación gobernante ha obtenido 71 escaños, y 73 la coalición conservadora compuesta por los partidos Liberal y Nacional.
Tanto Laboristas como conservadores precisan de un mínimo de 76 escaños para poder formar gobierno.
"Algunos dicen que la situación es demasiado difícil y que debemos volver a las urnas. Estoy en desacuerdo", dijo Gillard en una comparecencia en el Club Nacional de Prensa, de Camberra.
"Los australianos han votado por este Parlamento y nuestro trabajo es que funcione", añadió la primera ministra en funciones.
Los diputados independientes -Bob Katter, Rob Oakeshott y Tony Windsor- se encuentran en la capital australiana para mantener conversaciones con los laboristas y la oposición, aunque hasta el momento no han decidido a cual de las dos formaciones darán su respaldo.
El trío independiente ha pedido a los dos mayores partidos políticos conocer en detalle la reforma parlamentaria que proponen, así como sus políticas presupuestaria, fiscal, sanitaria, defensiva y en telecomunicaciones.
Además presentaron una lista de condiciones que incluye la garantía por escrito de que se completará la legislatura de tres años establecida por la Constitución.
Por su parte, el Partido Verde, que ha conseguido un escaño en el Parlamento federal, ha indicado que prefiere gobernar con la formación de Gillard.
En la misma conferencia de prensa, Gillard se comprometió a introducir reformas para mejorar el sistema de gobierno si su partido consigue el apoyo de los independientes.
"Quiero renovar la tradición laborista, adoptar mejoras duraderas para nuestra democracia, unas mejoras no sólo para la próxima legislatura, sino para el sistema de gobierno de forma permanente", argumentó.
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