La protección del patrimonio histórico, fuente de sorpresas para la Fiscalía

  • La protección del patrimonio histórico "no deja de deparar sorpresas" a la Fiscalía General del Estado, un apartado en el que cada año se producen numerosos casos curiosos en las distintas comunidades autónomas.

Madrid, 19 sep.- La protección del patrimonio histórico "no deja de deparar sorpresas" a la Fiscalía General del Estado, un apartado en el que cada año se producen numerosos casos curiosos en las distintas comunidades autónomas.

Así se desprende de la Memoria de la Fiscalía 2011, en cuyo capítulo dedicado a la actividad del Ministerio Fiscal se describen varios episodios llamativos, como el del Museo Paleocristiano de Tárraco, investigado por la Fiscalía de Tarragona.

Este conjunto, integrado por un yacimiento al aire libre y el museo propiamente dicho, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, y recoge unos dos millares de ataúdes, sarcófagos y mausoleos de características diversas, datados en los siglos III al V d.C., conteniendo el grupo de inscripciones latinas más importante de la Hispania romana.

Su gestión, según la Fiscalía, fue encomendada a la Generalitat de Cataluña manteniéndose la titularidad por parte del Estado. Sin embargo, "por razones que se escapan a la ciudadanía", el cementerio y el museo están cerrados al público y en situación "de aparente abandono" desde hace más de diecisiete años, lo que llevó a encargar un informe a la Guardia Civil.

De esa investigación se desprende "la paulatina degradación del conjunto y la facilidad de acceso de personas y animales", hechos por los que las diligencias siguen abiertas para determinar si pueden ser constitutivos de alguna infracción penal, su tipificación y el responsable de la situación actual, así como el destino de los fondos asignados para su conservación.

En el mismo apartado y dentro de las continuas "sorpresas" que depara la protección del patrimonio artístico a la Fiscalía se describe el ataque, por parte de unos desconocidos, a una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, una talla de madera policromada de 150 kilos, de la iglesia de San Juan Evangelista de Peralta (Navarra).

Las diligencias abiertas por este ataque a la imagen religiosa concluyeron con un auto de sobreseimiento tras comparecer el párroco y manifestar que los autores de los destrozos se habían presentado en las dependencias parroquiales "pidiendo perdón y comprometiéndose a resarcir los daños causados", y que se acogía al secreto profesional (secreto de confesión), para no revelar su identidad.

"Por supuesto, tomando en consideración el contenido de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, poco se podía hacer" en relación al tema, según la Fiscalía, por la capacidad que la norma procesal penal española concede a los ministros y representantes religiosos de no expresar sus fuentes de información, aun tratándose de hechos delictivos.

Asimismo, se describe el caso de la corporación municipal de la localidad pacense de Vegaviana, cuya singularidad se debe "a la integración del núcleo urbano con el medio físico, mezcla del caserío con dehesa autóctona", lo que llevó a su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).

Mientras ese proceso de declaración de BIC está teniendo lugar, la corporación municipal, "haciendo oídos sordos a las autoridades autonómicas competentes", según la Fiscalía de Cáceres, procedió al asfaltado de varias de sus vías, "rompiendo su nexo directo con la dehesa extremeña".

Estos son solo algunos de los episodios que la Memoria de la Fiscalía del año 2011 pone de manifiesto en relación con la protección del patrimonio histórico-artístico, y que no dejan de sucederse año tras año.

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