La suiza S3 y socias españolas ofrecerán vuelos espaciales desde Canarias

  • La empresa suiza S3 anunció hoy sus planes para desarrollar el turismo espacial desde las Islas Canarias, donde prevé establecer en el aeropuerto de Gran Canaria una base para lanzar satélites de pequeño tamaño empleando lanzaderas reutilizables acopladas a un Airbus 300.

Gran Canaria (España), 12 dic.- La empresa suiza S3 anunció hoy sus planes para desarrollar el turismo espacial desde las Islas Canarias, donde prevé establecer en el aeropuerto de Gran Canaria una base para lanzar satélites de pequeño tamaño empleando lanzaderas reutilizables acopladas a un Airbus 300.

Swiss Space Systems (S3), asociada en el ámbito tecnológico con las empresas españolas Elecnor Deimos y Sener, eligió el aeropuerto de Maspalomas, uno de los principales motores turísticos de Canarias, para presentar formalmente la base europea de su programa de lanzamiento de satélites, que también cuenta con bases en Florida (EEUU), Goose Bay (Canadá) y Malasia.

Maspalomas fue el emplazamiento elegido por la NASA en la década de los años 70 para su estación de seguimiento de las misiones espaciales Gemini y Apolo.

La compañía S3 pretende invertir 200 millones de euros (unos 274 millones de dólares) -60 de ellos en Canarias- en desarrollar un sistema de lanzamiento de satélites de hasta 250 kilos inspirado en el "Hermes", el transbordador reutilizable proyectado en los años ochenta por la Agencia Espacial Europea (ESA), que nunca llegó a utilizarse.

S3 proyecta construir una minilanzadera semejante al Hermes, denominada SOAR, con capacidad de poner en órbita satélites a un coste cuatro veces inferior al vigente hoy en el mercado, utilizando un avión Airbus 300 para llevar al transbordador a 10 kilómetros de altura en su primera fase de ascensión.

Ante ministro español de Industria y Turismo, José Manuel Soria, el presidente ejecutivo de S3, Pascal Jaussi, anunció que el programa tiene una segunda vertiente: crear a corto plazo un programa comercial de vuelos parabólicos de gravedad cero -el primero en Europa- y comercializar, más adelante, una oferta de turismo espacial con vuelos suborbitales a bordo del SOAR.

El transbordador que S3 y sus socios tecnológicos planean construir ascendería hasta la cota de 80 kilómetros, donde liberaría al satélite para que este continúe su camino hasta una órbita a 700 kilómetros sobre la Tierra propulsado por cohetes.

El SOAR regresaría planeando al aeropuerto de partida, para ser reutilizado, y los cohetes acoplados al satélite se soltarían al final de su trayecto para desintegrarse por completo al regresar a la atmósfera, sin dejar residuo alguno en órbita, según S3.

S3 eligió Canarias para este proyecto por su posición geográfica, al oeste de Europa y de África, lo que "permite tener un acceso privilegiado al espacio a través del Atlántico", con un corredor "absolutamente despejado para los lanzamientos, sin necesidad de sobrevolar zonas pobladas", según explicó el director de la compañía para España, Augusto Caramagno.

En la decisión influyó también la experiencia de la industria espacial española en programas "que son directamente aplicables al proyecto de S3, sobre todo para la parte de vuelo atmosférico, tanto en fase de ascenso como en fase de reentrada, una tecnología puntera y muy difícil de encontrar en otra parte del mundo", resaltó.

La empresa suiza espera estar lista para lanzar satélites desde Canarias en 2018, pero ya el año próximo comenzará a probar una maqueta del SOAR y realizará vuelos parabólicos de gravedad cero.

Esa circunstancia ha llevado a S3 al convencimiento de que comercializar esos vuelos parabólicos como oferta turística puede ayudar a "amortizar" los gastos de compra del avión Airbus 300.

S3 no quiso revelar aún el coste de esa experiencia turística de gravedad cero, pero su director en España indicó que será de "unos miles de euros".

Más adelante, en su tercera fase, el SOAR ofrecería de cuatro a seis plazas por vuelo a quien quiera subir a 100 kilómetros de altura para vivir una experiencia espacial y esté dispuesto a pagar por ello un billete que puede llegar a costar hasta 100.000 euros (unos 137,43 dólares).

Soria recalcó que España es puntera en esta materia y que, a pesar de la crisis, ha mantenido su contribución anual al funcionamiento de la ESA, entre otros motivos, porque es una inversión con grandes retornos para la industria nacional (se estima que por cada euro invertido, se consiguen 2,1 en contratos).

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