La última generación de ciudadanos chinos ya no es la del todo a cien

  • Hace 13 años solo había dos centenares de jóvenes de ese país asiático matriculados en las universidades españolas, pero hoy son casi 7.000.
Ciudadanos chinos, en la Puerta del Sol de Madrid
Ciudadanos chinos, en la Puerta del Sol de Madrid

Nacieron y crecieron en España. Miles de ellos fueron criados por sus padres en casas anexadas a sus bazares, restaurantes y tiendas de todo a cien. Pero ellos ya piensan y sienten como españoles. Son universitarios y emprendedores exitosos. Algunos hasta se llaman Alicia, Pedro, José o poseen cualquier otro nombre español. Se trata de la última generación de chinos instalados en nuestro país, que nada tiene que ver con sus ancestros en cuanto a cuestiones culturales, sociales y hasta de idiosincrasia.

Cada vez más jóvenes de ese país se alejan del modelo 'tradicional' del inmigrante procedente del gigante asiático, que hasta hace algunos años venía aquí a abrir su comercio textil o su negocio de ultramarinos (que siguen abundando hoy en día en cualquier barrio español). Por el contrario, el nuevo perfil de joven chino es el de universitario, emprendedor, culto y hasta con posgrados y doctorados en las universidades españolas.

Hablan perfectamente el español (aunque no puedan 'despegarse' de cierto acento inconfundible), han incorporado a su manera de hablar los modismos coloquiales de nuestra lengua, y hasta les gusta el fútbol y son apasionados del Madrid o del Barça. Según datos del INE y de estudios como 'La integración de los hijos de los inmigrantes' (La Caixa), hace 13 años había solo dos centenares chinos matriculados en universidades españolas. Hoy son casi 7.000. Pero lo más novedoso es que de esa cifra, más del 50% está estudiando masters y posgrados.

Jóvenes capacitados

El 23% de los ciudadanos chinos que residen en la actualidad en nuestro país tiene menos de 15 años, por lo que esta tendencia de jóvenes capacitados (con estudios de posgrado y sólida formación académica), probablemente se multiplicará en la próxima década.

Las cifras hablan por sí solas para explicar la tendencia: hay dos fenómenos paralelos que explican por qué se ha producido un 'boom' de estudiantes chinos en las universidades. La primer causa es la de descendientes de inmigrantes que han nacido aquí, como ha quedado dicho. La segunda, la de los padres de jóvenes que aún residen en China, pero están cada vez más dispuestos a hacer un esfuerzo económico mayor para que sus hijos obtengan un máster dentro de nuestras fronteras. En las provincias del sur de China, los padres se inclinan más para que sus hijos desarrollen carreras empresariales en nuestro país.

Cerca de 400.000 chinos salen cada año a diversos destinos del mundo para estudiar en universidades carreras de grado o especializaciones para posgraduados. Un 1% aproximadamente lo hace en España (más de 4.000 al año). En nuestro país ya son el principal contingente entre los universitarios extracomunitarios. En provincias como Asturias, por ejemplo, el nivel es casi récord. El 14% de todos los jóvenes que allí cursan posgrados en la actualidad son chinos.

Hay otra razón añadida que explica la nueva tendencia de los asiáticos, que integran un grupo cada vez más numeroso en las universidades españolas. Nuestro país representa para ellos el trampolín hacia Latinoamérica, uno de los grandes frentes de negocios que tienen ahora como objetivo. Ésta es otra seña de identidad bien definida de la última generación de chinos en España.

Resulta evidente que las universidades españolas se han transformado en incubadoras de los nuevos y futuros hombres de negocios chinos en Latinoamérica. A ellos los entusiasma principalmente un anuncio reciente del presidente Xi Jinping, que aseguró que su país tiene prevista una inversión de más de 200.000 millones de euros en Latinoamérica en los próximos diez años. Por este motivo, buscan aumentar su influencia internacional. Pero antes deben hablar muy bien el castellano. Por eso eligen España.

En su gran mayoría, los asiáticos quieren convertirse en hombres de negocios y emprendedores exitosos. Uno de los abanderados de esta tendencia, que saltó a la fama hace unos años es el taiwanés Dídac Lee, fundador y director general de la empresa gerundense IntercomGI. En 2006 fue elegido "Joven Empresario del Año" por la Asociación catalana de Jóvenes Empresarios.

Esta entidad le concedió su máximo galardón tras haber montado varias empresas del sector de las nuevas tecnologías, de increíble éxito, como Intercomgi, Atraczion, Spamina y Scubastore.com. En el momento de comenzar a gestar sus emprendimientos, Lee no no tenía más de 25 años.

Progresos académicos

El estudio 'Crecer en España, la integración de los hijos de los inmigrantes', realizado por La Caixa, deja en claro los increíbles progresos académicos de los estudiantes chinos en los últimos años: "Sorprendió que en la primera ola de inmigrantes, a diferencia de lo que ocurría en Estados Unidos, los alumnos de origen chino no mostraraban mejores resultados escolares que la media".

El informe agrega: "Sus padres, además, tenían aspiraciones particularmente bajas al respecto. Pero, en la segunda ola, resulta que los alumnos de origen chino sí destacan por sus logros académicos: llegan a secundaria superior y a la universidad más que casi todos los demás, tanto como los venezolanos, un logro que se valora adecuadamente porque solo el 5% de los padres chinos tienen estudios superiores en España, frente al 50% de los venezolanos. Por otro lado, también trabajan más y ganan más que el resto de los inmigrantes", sostiene el trabajo.

La investigación destaca que solo dos nacionalidades, en concreto chinos y venezolanos, presentan una notable ventaja ocupacional en España con respecto al resto. La puntuación del prestigio laboral de los padres chinos, a pesar del bajo nivel educacional de éstos, es elevada, ya que se valora como la de los propietarios o directivos de sus propias empresas. Y los venezolanos, como se advierte, son los más formados en términos de logros universitarios, lo que también se refleja en sus perfiles laborales, incluso después de controlarse la variable de sus logros educacionales.

Para realizar ese informe, La Caixa se basó en los testimonios de 7.000 menores chinos de entre 12 y 17 años que residen en Madrid y Barcelona. La segunda ronda de entrevistas comenzaró a realizarse en 2012, y los datos se terminaron de procesar en 2014. Los investigadores encuestaron también a 1.800 padres de estos adolescentes, y a 1.500 hijos de españoles para que sirvieran de comparación.

De los datos también se desprende que la última generación de chinos se integra sin inconvenientes en España. El 78,4% de los hijos adolescentes de inmigrantes no han tenido problemas para integrarse a la sociedad española, según la encuesta.

Por otra parte, los jóvenes estudiantes chino no se sienten en absoluto "fuera de contexto" de la sociedad española. Solo un 5% de los hijos de inmigrantes afirmó haber sido discriminado, cifra casi similar a la de los españoles, 6,1%, según el estudio.Un crecimiento imparable

En 1961 había 167 chinos en España. Diez años después eran 439. Entre 1995 y 2000, la comunidad pasó de 9.158 a 28.693 y el crecimiento a partir de ese momento fue exponencial. Hoy son más de 191.000, lo que les convierte en la segunda mayor comunidad extranjera de fuera de la UE, por detrás de los marroquíes (749.274) y por delante de los ecuatorianos (176.247).

En proporción, tres de cada diez estudiantes chinos universitarios cursa carreras de ciencias sociales y jurídicas. Según el INE, la media de edad de los ciudadanos chinos en España es de29,8 años. Siete mil ya poseen título universitario obtenido en las casas de altos estudios españolas. Y esto, según parece, recién ha comenzado...

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