La última manada de Manresa, a prisión: "Los vecinos no queremos tener miedo"

Escodines
Escodines

La última manada de Manresa está en la cárcel. La jueza ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza por un delito de agresión sexual para los cuatro acusados de violar a una menor de 17 años en un piso ocupado de la calle Aiguader de este municipio de Barcelona el pasado fin de semana. La víctima, que fue la primera en declarar, pudo llamar al 112 en un descuido de uno de ellos antes de escapar. Tres de los detenidos se acogieron a su derecho a no declarar, mientras que el cuarto sí lo ha hecho y ha contestado a las preguntas de todas las partes. Con los Mossos tampoco habrían colaborado cuando les volvieron a llevar al escenario donde supuestamente subió la joven la pasada madrugada del domingo con uno de ellos. Todo se convirtió en una pesadilla

Ventana rota de la vivienda de Manresa
Manifestación de los vecinos de Escodines

Los vecinos de esta céntrica calle lamentan que haya tenido que ocurrir algo así para que se ponga de relieve un problema que sufren desde hace ya año y medio. Así lo relataba a La Información la presidenta de vecinos del barrio de Escodines, Carme Carrió. A ella le llegaban cada vez más quejas de unos vecinos que llevan viviendo allí toda su vida y que ven como su barrio se deteriora. Es el caso de Lina. Vive en el número 19 de la calle donde acudieron los Mossos el pasado domingo para detener a cuatro jóvenes que habrían ocupado el tercer piso del número 17 acusados de abusar sexualmente de una joven de 17 años. Técnicos del ayuntamiento así como de Sanidad han pedido que se tapie pero "como es una pocilga primero hay que vaciarlo antes de seguir tapiando", relata esta vecina que desde hace 45 años defiende el barrio que la vio crecer. A el llegaron estos jóvenes y que han acabo en prisión según un auto en el que se considera que existe un alto riesgo de fuga, de reiteración delictiva y de represalia por parte de los presuntos agresores contra la víctima.

El edificio en el que se habrían instalado consta de tres alturas y las tres estarían ocupadas. En la primera vive una familia "necesitada" que está a la espera de que se resuelva un desahucio "que por ahora está parado" y en manos de asuntos sociales. En la segunda otro grupo de jóvenes que lo han ocupado. A la tercera planta llegaron hace 15 días los cuatro jóvenes de origen magrebí que ya han pasado su primera noche en prisión por una posible agresión sexual.  La juez asegura que la menor "manifestó verbalmente y de forma clara que no quería mantener relaciones sexuales" con sus agresores y que incluso les pidió "que parasen, intentando apartarlos sin conseguirlo". Esa misma noche algunos vecinos hablan de golpes y gritos, pero siempre sucedía lo mismo.

Lina relata como ella y el resto de vecinos soportan ruidos a altas horas de la noche, fuertes golpes, discusiones entre varios jóvenes en la calle, peleas "tanto de los que acaban de llegar como de los anteriores que lo ocupaban". En más de una ocasión entre los vecinos se han preguntado por lo que se venía encima al llegar la noche: "Veremos que fiesta toca". 

Y ese era su día a día desde hace tiempo. Lina quiere dejar claro que no se trata de un problema de inmigración "porque hay magrebíes que viven sin dar problemas a nadie", pero en este caso se trataba de gente joven de la que ya "nos habrían avisado que eran peligrosos". En este sentido, echa en falta más medidas por parte del ayuntamiento, al que ha acudido en más de una ocasión para dejar constancia de que en el piso colindante al suyo había ruidos provocados muy probablemente porque estaban tirando muros "que pueden hacer peligrar el edificio donde vivo yo". 

Ella asegura que no es una persona miedosa, pero sí teme por su hijo de 14 años "que empieza a salir y los jóvenes con los otros jóvenes sí se meten más".  El barrio, "de agricultores", empezó a quedarse algo vacío cuando se crearon unas viviendas a las afueras "y muchos se fueron para allá". Podría ser una de las razones por las que en 200 metros los vecinos se enfrentan a seis pisos ocupados. 

Relata que hace unos días llegó a pedir a los ahora detenidos que bajaran la música. El edificio de ambos se comunica por el patio. La respuesta fue que estuviera tranquila "y me tiraban besitos". Ese es el día a día de esta mujer que ha visto como lo vivido en los últimos días ha podido ser una de las causas que han llevado a su madre al hospital. "Todo esto trae lo que trae", asegura. 

Lina lamenta "todo lo que ha pasado y recuerda que el barrio apoya a la víctima. "Ojalá no le pase a nadie más". Ahora espera que la reunión con el ayuntamiento a la que ella también asistirá sirva para empezar a recuperar un barrio que no quiere vivir con miedo y pide al ayuntamiento que se ponga las pilas. Desde el consistorio aseguran que ya piensan en un plan de choque para eliminar la conflictividad en la zona donde se produjo la supuesta violación el pasado domingo sobre las 04:00 horas y coincidió con el juicio celebrado el lunes en la Audiencia de Barcelona contra seis sospechosos de haber violado en grupo a otra menor en una nave abandonada de la misma localidad en 2016.

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