La UpM sufre un duro golpe con la dimisión de su secretario general

  • Barcelona.- La dimisión hoy del secretario general de la Unión por el Mediterráneo (UpM), el jordano Ahmad Jalaf Masadeh, supone un duro golpe para este foro de cooperación que agrupa a 43 países y la UE y que, desde su creación en 2008, se ha visto prácticamente paralizado por el conflicto palestino-israelí.

La UpM sufre un duro golpe con la dimisión de su secretario general
La UpM sufre un duro golpe con la dimisión de su secretario general

Barcelona.- La dimisión hoy del secretario general de la Unión por el Mediterráneo (UpM), el jordano Ahmad Jalaf Masadeh, supone un duro golpe para este foro de cooperación que agrupa a 43 países y la UE y que, desde su creación en 2008, se ha visto prácticamente paralizado por el conflicto palestino-israelí.

Tan solo un año después de asumir el cargo, Masadeh ha presentado su dimisión como secretario general de esta entidad, frustrado por la falta de recursos financieros para los proyectos previstos dentro de la misión de la organización de promover el avance en los procesos de paz y la estabilidad en la región.

El diplomático jordano emitió un comunicado en el que explica que ha notificado su renuncia a los 43 países de ambas riberas del Mediterráneo que integran el foro encargado de impulsar el proceso euromediterráneo iniciado en 1995 en Barcelona, ciudad en la que se decidió ubicar la sede del secretariado de la organización.

Masadeh asumió el cargo tras su nombramiento el 12 de enero de 2010 pero la entidad continuó atascada, entre aplazamientos de reuniones y cumbres, especialmente afectada por las tensiones del conflicto árabe-israelí.

Este miércoles, tras conocerse la renuncia de Masadeh, fuentes del secretariado aseguraron a Efe que la dimisión no tiene nada que ver con las tensiones en el Próximo Oriente, sino con los "problemas y obstáculos" que ha encontrado al desarrollar su labor, por parte sobre todo de ciertos países del Norte de Europa.

Según las fuentes, esos países se comprometieron a aportar unos recursos para los proyectos de la UpM que finalmente no dieron, con lo que el secretariado no ha podido contar con el presupuesto previsto inicialmente.

Desde su creación el 13 de julio de 2008, durante la Cumbre de París, la Unión por el Mediterráneo ha sido víctima de sucesivas crisis y tensiones, entre ellas la crisis de Gaza tras la incursión israelí de diciembre de aquel año contra objetivos de Hamás que provocó más de 1.300 muertos palestinos.

Considerada como una nueva etapa del llamado Proceso de Barcelona, el foro fue impulsado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en mayo de 2007, poco después de acceder a la presidencia de su país.

En principio, Francia solo pretendía incluir a los países ribereños del norte y sur del Mediterráneo en el proyecto, pero rectificó este plan y anunció que aceptaría a todos los Estados de la UE además de Jordania, Mauritania, Líbano, Marruecos, Albania, Argelia, Egipto, Israel, Siria, Túnez, Turquía y Libia, este último en calidad de observador, más los territorios palestinos de Cisjordania y la franja de Gaza.

El estancamiento del proceso impidió el avance en los seis puntos prioritarios de la UpM, como el Plan Solar para el Mediterráneo o la descontaminación de este mar, hasta que la iniciativa volvió a relanzarse en junio de 2009 en una reunión ministerial en París.

El 4 de marzo de 2010 se puso oficialmente en marcha la organización después de ser aprobados el día anterior sus estatutos tras un pacto diplomático para repartirse los seis cargos del secretariado entre ellos el del secretario general, puesto para el que había sido nombrado en enero el ahora dimitido Masadeh.

En abril del pasado año, la falta de acuerdo sobre cómo denominar los territorios ocupados palestinos impidió que los representantes de los 43 países del foro aprobaran en Barcelona una estrategia conjunta para garantizar los recursos hídricos de toda la cuenca.

Al mes siguiente, el asalto a la flotilla de Gaza obligó a aplazar la cumbre de Barcelona, reunión de los líderes de los países miembros que se iba a celebrar el 7 de junio durante la presidencia española de la Unión Europea (UE).

Una nueva cita, prevista para el 21 de noviembre, volvió a posponerse por la parálisis de las negociaciones entre Israel y Palestina, y desde entonces no se ha podido concretar el esperado encuentro que permitiría impulsar el proyecto que refunde el llamado Proceso de Barcelona lanzado hace quince años.

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