La vía Errejón: una semana para fracturar Podemos, mirar al PSOE y ser clave el 10N

Íñigo Errejón, en un acto de Adelante Andalucía
Íñigo Errejón, en un acto de Adelante Andalucía
EP

Hasta el pasado mes de mayo, la vida política de Íñigo Errejón acumulaba más derrotas que victorias. Es cierto que los resultados de Podemos cuando él formaba parte de la dirección fueron muy buenos para tratarse de un partido que debutaba en todas las elecciones a las que se presentaba. Pero su importancia en la organización fue decayendo conforme pasaban las convocatorias electorales y se deterioraba su amistad con Pablo Iglesias por motivos políticos. Ahora, este madrileño de 35 años, considerado por muchos el líder con más futuro del país, afronta su primera aventura en solitario en las generales del 10 de noviembre. Lo hace en el momento de más debilidad de Podemos, al que puede acabar de desangrar. Y ofreciéndose además para ayudar al PSOE a gobernar. 

Nadie duda de que la llegada de Errejón al tablero político supondrá un antes y un después en la configuración del mismo. Más País se convertirá previsiblemente en el sexto actor influyente en la política estatal, sucediendo en ese éxito a uno de sus antagonistas, Vox. Un hito que responderá al tirón electoral del exnúmero 2 de Podemos, que vuela solo tras concurrir a las autonómicas de este año bajo el paraguas de Manuela Carmena. Con esta alianza, conocida popularmente como la de 'la abuela y el nieto', consiguió 20 escaños en la Asamblea de Madrid. Precisamente, los mismos que perdió Unidas Podemos. Y casi con los mismos diputados que antes estaban en su expartido.

Hace tan solo dos semanas, en el entorno del ahora candidato al Congreso no tenían claro atreverse con unas generales. Las dudas comenzaron a disiparse cuando se confirmó la ruptura de la negociación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar gobierno. Ahí fue cuando empujó un sector de Más Madrid, que tenía claro que era el momento idóneo para presentar su alternativa. Las razones eran el hartazgo del electorado de izquierda con PSOE y Unidas Podemos, además de verse capaces de rescatar votos de la abstención. Las banderas también estaban claras: feminismo, igualdad y transición ecológica. Esta última es la que quieren que sea la mayor seña de identidad. Hasta el punto de que internamente se aspira a ser el "Die Linke español" o, al menos, un partido verde de referencia en el sur de Europa. Incorporar a Equo y arrebatárselo a Podemos es el mejor ejemplo de esa estrategia.

Solo unos días después, y tras una Asamblea previa que realmente era un mero trámite para confirmar todos los rumores, Errejón era coronado como el líder nacional de Más País. Un puesto que nunca estuvo pensado para nadie más, ya que no se podía contar con una Manuela Carmena que se negaba a dar un salto de este tipo y que apunta a ser parte de un posible gobierno socialista. Además, el liderazgo del politólogo se volvió incontestable en cuanto la exjueza renunció a permanecer en el Ayuntamiento de Madrid tras perder la alcaldía. Un ascenso que tuvo el colofón de celebrarse en la sede de UGT en Madrid, en el mismo auditorio que ha acogido actos del PSOE, Podemos o el PCE. Un guiño que responde a vincularse con todo tipo de partidos u organizaciones progresistas que han celebrado sus actos en el mismo lugar.

Del ostracismo al éxito

Su andadura en Podemos comenzó con un papel clave, al encargarse de las dos primeras campañas, para las europeas de 2014 y las municipales de 2015. Ambas fueron determinantes para la contundente entrada de la formación en las instituciones. Pero su debacle política comenzó con la investidura fallida de Pedro Sánchez a principios de 2016. Él era partidario de apoyar el pacto que el líder del PSOE había firmado con el de Ciudadanos, Albert Rivera. Pero en la formación morada se vieron capaces en aquel momento de dar el conocido 'sorpasso' a los socialistas, convirtiéndose así en la primera fuerza de izquierdas del país. Las elecciones repetidas de junio de ese año les dejaron casi como estaban, y las consecuencias fueron aún peores para sus intereses después de que Mariano Rajoy volviera a gobernar tras pactar con Rivera.

Tras aquel episodio, algo empezó a romperse entre Iglesias y Errejón. La amistad que tenían desde que se conocieron en la facultad de Políticas de la Universidad Complutense, en la que también compartieron la asociación Contrapoder, se vio comprometida. Un año después, toda su relación saltó por los aires después de que el ahora jefe de filas de Más País decidiera competir con su propio programa frente al de Iglesias en la segunda asamblea del partido, Vistalegre II. Tampoco le fue bien. Sus ideas fueron rechazadas por las bases, y eso le costó la portavocía del grupo parlamentario en el Congreso y su cargo de Secretario de Política de la formación. En este ostracismo aguantó dos años, hasta que anunció junto a Carmena el alumbramiento de Más Madrid y se vio obligado a dimitir como diputado después del famoso "Íñigo no es Manuela" pronunciado por Iglesias. Otra de las razones para irse fueron las acusaciones de Pablo Echenique de que mantenía el escaño para "vivir de algo".

El daño a Podemos

La situación que vive Errejón en la actualidad le sitúa en una posición privilegiada para consumar una hipotética venganza contra Podemos. Presentarse en las circunscripciones con siete o más escaños responde a querer tener más oportunidades de conseguir representación por el simple hecho de que el reparto de la tarta puede ser mayor. Pero eso también supone competir directamente con las candidaturas de Unidas Podemos en casi el 90% de los lugares en los que tiene escaños actualmente. Madrid será clave en esta lucha, más aún si el recuerdo de voto las autonómicas funciona en las generales. Los acuerdos de Más País con Compromís y Chunta Aragonesista para Comunidad Valenciana y Aragón, ya cerrados, y los que faltan por concretarse en Andalucía y Galicia pueden perjudicar las posibilidades del partido morado.

La otra cara de este posible éxito 'errejonista' es que la división del voto de la izquierda provoque que ni los suyos ni sus ex colmen sus expectativas. El peor escenario es que ese trasvase de votos de una fuerza a otra termine con ambas sin escaños. Es lo que puede ocurrir en Murcia, donde los dos dirigentes más importantes de Podemos se han pasado a Más País. Una debacle que beneficiaría a PP y PSOE, al ser los más votados históricamente. Aragón y Galicia son las otras regiones paradigmáticas, ya que en ambas UP no anda sobrado de diputados.

Quiénes le acompañarán... y quiénes no

La gran incógnita ahora en Más País está en las listas para el 10-N. Los nombres no están cerrados, aunque todo apunta a que los puestos de salida en los lugares en los que se presente a confluencia serán compartidos con las fuerzas que le brindan su apoyo. También hay que tener en cuenta a Equo, que ocupará el número 2 o 3 en Madrid y ocupará posiciones relevantes en lugares como Sevilla, Málaga, Asturias y Murcia. Lo que se quiere evitar, según fuentes consultadas por este diario, es que los grupos municipales y autonómicos de Más Madrid queden prácticamente desmontados por el salto estatal. Por el momento, Errejón ha dejado bien atada la Asamblea de Madrid, al aupar a la portavocía a Pablo Perpinyà. Este diputado, de 30 años, es uno de sus más cercanos y mantendrá un discurso fiel a su líder en la cámara madrileña.

La que parece seguro que se mantendrá en su puesto y no será invitada a concurrir al Congreso es la diputada madrileña Clara Serra. A pesar de que fue la número 2 de Más Madrid el 26 de mayo y se preveía que fuese una figura importante en cuestiones como el feminismo, fuentes consultadas apuntan a que Serra ya no está en el entorno más cercano de Íñigo Errejón. Una de las razones es que su campaña para las autonómicas no fue la mejor, al no ejercer de una número 2 potente como se esperaba, estando incluso "desaparecida", según las mismas fuentes. Después, no se la incluyó en la dirección del grupo parlamentario regional, ocupada por el propio Perpinyà y las diputadas Mónica García y Tania Sánchez. Además, fue una de las grandes ausentes de la puesta de largo de Errejón en la sede de UGT el pasado miércoles.

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