Valladolid.- El joven que recibió seis tiros la noche del 30 de abril de 2008 en Valladolid ha asegurado hoy que el encausado, Roberto R.D., apodado El Pirri, le amenazó con una navaja y con una escopeta antes de dispararle por la espalda, cuando él se encontraba en el asiento del conductor de su coche.
La víctima de los tiros, C.A.G., ha comparecido hoy como testigo en el juicio desarrollado en la Audiencia Provincial de Valladolid, donde el principal encausado, El Pirri, de 25 años, se ha acogido a su derecho a no declarar, mientras el otro procesado, Sergio S.G., no ha comparecido en la vista, por lo que el tribunal ha ordenado su busca y captura para el ingreso en prisión.
Se trata de la segunda vez que Sergio S.G. no se presenta en la Audiencia, después de que el pasado 9 de junio no acudiera a la vista, por una causa justificada, lo que obligó a suspender el juicio y aplazarlo hasta esta jornada.
Sin embargo hoy, la segunda vez que ha estado ausente, el tribunal ha decidido continuar con la vista con el único encausado presente, ya que ha considerado que pueden deslindarse las conductas de ambos acusados y que no se genera indefensión alguna para El Pirri, además de considerar que una suspensión podría suponer una futura prescripción de los hechos con el acusado en prisión.
La víctima, que conocía a El Pirri porque regentaba un bar en el barrio donde residía el procesado, ha narrado como el suceso se desencadenó cuando se dirigía a la discoteca La Rosaleda en su coche, un vehículo que reconocieron los dos acusados.
"Me pararon a sabiendas de quien era, me sacó una navaja -el Pirri- y me obligaron a abrir el coche, donde se montaron", ha explicado el testigo.
Le conminaron así a conducir el coche hasta llegar a la casa del principal acusado, quien le dijo que iba a "matar" al portero de la discoteca La Rosaleda - un establecimiento del que había sido expulsado por un altercado previo -.
De la vivienda, el procesado salió con una canana de cartuchos y una escopeta que montó el Pirri en el vehículo, mientras continuaba amenazando con el arma para que se dirigiera hacia la discoteca, ha precisado.
"Yo quería salir de esa situación y que se llevaran mi coche para no estar yo involucrado", ha dicho el testigo, quien finalmente convenció a El Pirri para que se fuera en su coche y le dejara marchar.
Sin embargo, cuando el acusado se bajó del vehículo para situarse en el asiento del conductor, "escapé apretando un botón que da más caballaje al coche", ha narrado.
"No me dio tiempo a más que a meter primera; yo sentí impactos por la espalda, no sé si uno, diez o cien, y perdí la sensibilidad en el cuerpo. Yo pensaba que me había quedado tetrapléjico", ha relatado la víctima, quien recibió los disparos a través del reposacabezas del coche.
Dos de los tiros alcanzaron al cerebro y a la parte superior de la columna vertebral y el resto a la espalda, lo que le originó lesiones y secuelas por las que el fiscal pide un total de 28.400 euros como indemnización.
En concreto, el ministerio público demanda penas que suman trece años y medio de cárcel para El Pirri por homicidio en grado de tentativa en concurso con dos delitos de amenazas, uno de detención ilegal y otro de tenencia ilícita de armas, mientras la defensa pide la absolución y, alternativamente un año de cárcel por un delito de lesiones, con atenuante de pérdida de control de los impulsos por un trastorno transitorio.
Para el acusado que hoy no ha comparecido en la vista, el fiscal pide dos años de cárcel en calidad de coautor de detención ilegal.
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