La victoria en primera vuelta de Cavaco alivia la presión sobre Portugal

  • Lisboa.- La presión de los mercados internacionales sobre la deuda soberana lusa se redujo hoy sensiblemente después de la clara victoria de Aníbal Cavaco Silva en las presidenciales, con mayoría suficiente para evitar la segunda vuelta.

Cavaco y Sócrates obligados otra vez a cohabitar en su peor momento
Cavaco y Sócrates obligados otra vez a cohabitar en su peor momento

Lisboa.- La presión de los mercados internacionales sobre la deuda soberana lusa se redujo hoy sensiblemente después de la clara victoria de Aníbal Cavaco Silva en las presidenciales, con mayoría suficiente para evitar la segunda vuelta.

Los intereses de las obligaciones portuguesas a diez años se situaron esta mañana en el mercado secundario en el 6,7 %, casi dos décimas menos que al final de la tarde del viernes.

La continuidad del conservador Cavaco Silva como Jefe de Estado luso durante otros cinco años fue interpretado de forma positiva por los inversores, preocupados por la posibilidad de que la incertidumbre se alargara otras tres semanas hasta celebrar la segunda vuelta de los comicios.

Portugal también pagaba esta mañana menos intereses que el viernes por su deuda a cinco años (5,83 %, casi dos décimas por debajo) y por sus títulos a dos años (3,96 %, tres décimas inferior).

Cavaco Silva salió reelegido en los comicios presidenciales de ayer con el 52,94 % de los votos a favor, tres puntos más de los que necesitaba para cerrar su victoria en primera vuelta.

En su discurso tras conocer los resultados del escrutinio, el conservador subrayó que ejercerá una "magistratura activa" para ayudar al país a superar "el momento tan difícil" por el que atraviesa, bajo la atenta mirada de los mercados por su alto déficit externo y sus elevadas necesidades de financiación.

Las especulaciones en torno a la hipótesis de que Portugal acabe por recurrir a la ayuda externa y seguir así el camino de Grecia e Irlanda se dispararon a principios de enero, con el interés sobre su deuda soberana en máximos históricos, por encima de la barrera psicológica del 7 %.

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