La viuda de un asesinado por ETA apoya una marcha por los presos

Las asociaciones de víctimas del terrorismo no dan crédito ante la actitud de Rosa Rodero, viuda del sargento de la Ertzaintza Joseba Goikoetxeaasesinado por ETA en 1993. ¿El motivo? Ha mostrado su apoyo a la manifestación que la red ciudadana Sare, coordinada por el exconsejero del Gobierno vasco Joseba Azkarraga (EA) y la periodista y exreclusa Teresa Toda, ha organizado el día 9 de enero para pedir el acercamiento al País Vasco de los presos de la organización terrorista.

También han sorprendido, y mucho, la presencia de otros rostros como Kirmen Uribe. El que fuera el escritor de cabezera del antiguo lehendakari socialista Patxi López no ha comparecido en la rueda de prensa ofrecida ayer en Bilbao, pero igual que el alpinista Juanito Oiarzabal y la jueza Garbiñe Biurrun, han suscrito un manifiesto el que piden al Estado que se reconozcan los derechos de los presos terroristas que, según ellos, están siendo vulnerados.

La que sí ha estado prensente durante el acto ha sido Rodero para "rebelarse", junto con el acordeonista Kepa Junkera e Idoia Muruaga, pareja de un preso de ETA muerto en la cárcel, ante quienes "pretenden mantener una política penitenciaria vengativa que vulnera los derechos de las personas presas y la de sus familiares".

En castellano y en euskera y bajo el título "No en mi nombre", aseguran además ser "personas con ideologías políticas, profesiones o actividades culturales y sociales diferentes" en cuyo nombre no quieren que "se continúen vulnerando los derechos humanos de nadie".

El documento, respadado asimismo por otras personalidades como el exconsejero vasco Tontxu Campos, la expresidenta de EA Begoña Errazti, la hija de Santi Brouard (asesinado por los GAL), no el exalcalde del PNV Iñaki Zarraoa, denuncia la "actitud política que incide en la confrontación e impide de esta forma que nuestro pueblo de pasos hacia una convivencia que nos permita cerrar heridas y dejar a nuestros hijos una sociedad en la que todos nos podamos mirar a los ojos, sin odio y sin venganza".

Por último critican que el Gobierno español haga "caso omiso a la voluntad manifestada en multitud de ocasiones por una inmensa mayoría de la sociedad vasca exigiendo el fin del sufrimiento y la necesidad de cerrar heridas".