Las abuelas de los barrios chabolistas de Nairobi aprenden a defenderse de violadores

  • Una asociación llamada "I'm Worth Defending" enseña a las ancianas a defenderse de un posible ataque ya que los grupos de jóvenes se centran en mujeres mayores porque creen que todas las jóvenes tienen sida.
Miembros de la asociación "I'm Worth Defending"
Miembros de la asociación "I'm Worth Defending"
lainformacion.com
Jose Miguel Calatayud | EFE

En una chabola en Korogocho, a las afuerasde la capital de Kenia, 14 mujeres mayores, que forman el últimogrupo de alumnas de "I'm Worth Defending" (IWD), aprenden dóndedeben golpear a un hombre si son agredidas sexualmente: los ojos, lagarganta, las rodillas y el punto más frágil de todos, laentrepierna.

Según Otieno, instructor del IWD, estos grupos de jóvenes atacana mujeres mayores porque creen que todas las jóvenes tienen sida,pero Verónica Njeri, de 64 años, cree que se trata más bien de unritual: "Lo hacen antes o después de haber cometido un robo porquecreen que esa relación sexual con una mujer mayor les daprotección".

"¡No, no! ¡No dejaré que me violen!", gritan con decisión lasalumnas de IWD, organización de voluntarios que durante los últimostres años enseña técnicas de defensa personal a mujeres de entre 60y 70 años, a jóvenes y a niños, las principales víctimas de lasviolaciones en Kenia.

"Todos nosotros venimos de estos barrios de chabolas y hemosvisto lo que pasa aquí, así que decidimos trabajar juntos paraprevenir las violaciones", cuenta Margret Mbatia, una de las jóvenesinstructoras de IWD, que fue víctima de una violación.

El Centro de Recuperación de la Violencia de Género de Nairobirecibe una media de 230 víctimas al mes, de las cuales el 49 porciento son mujeres, el 45 son niños y niñas y el resto son hombres,aunque muchos casos nunca salen a la luz.

"La mayoría de las veces son bandas de jóvenes de las barriadaspobres, suelen ir armados y atacan a mujeres solas y a niños y lesviolan en grupo", explica Philip Otieno, director e instructor deIWD.

Veronica Njeri vive en Korogocho, el barrio donde más agresionessexuales se registran, según IWD: "Yo solía tener mucho miedo,incluso durmiendo, porque muchas veces estos jóvenes entran en tucasa durante la noche y te violan allí mismo, delante de tus niños".

"Cuando me hablaron de IWD pensé que se trataba de una broma,pero fui a una de las clases y fue genial y ahora soy muy capaz dedefenderme", dice sonriendo Njeri. "Tengo mucha confianza en mímisma", añade.

Njeri no es una víctima, pero cuenta que una de sus vecinas fueviolada por uno de estos grupos, igual que la hija de una amigasuya, que además contrajo el sida, enfermedad que la llevó a lamuerte meses después.

Margret Mbatia dice que las violaciones no tienen que ver con elsexo en sí, sino que "se trata de poder y de control, son chicoscobardes e inseguros que se sienten poderosos cuando violan engrupo".

IWD considera que utilizar la violencia como defensa personaldebe ser el último recurso: "Les enseñamos primero a manejar supoder verbal, a gritar para asustar al agresor, a dialogar conellos, a intentar escapar y, por último, a responder con violenciaen defensa propia", explica Mbatia.

Njeri lamenta que las víctimas apenas pueden contar con lapolicía ni antes ni después de una violación: "Primero eres víctimade una violación y luego el sistema es tan corrupto que te sigueviolando, porque si el agresor es encarcelado, al día siguiente estáfuera y lo ves en la calle fardando", cuenta Mbatia.

Por eso, el lema de IWD es "Mi seguridad es mi responsabilidad",pero además de trabajar en la prevención, esta organización ofreceasesoramiento psicológico a las personas que han sufrido unaviolación u otro tipo de agresión sexual.

"Las víctimas tienden a culparse a sí mismas, así que hemoscreado una asociación anónima para animarlas a hablar y a compartirla experiencia, que es el primer paso para seguir adelante y darsecuenta de que tienen valor como personas y de que sus derechos hande ser respetados", dice Mbatia.

Según relata Mbatia, "en Kenia existe una cierta creencia de quelas mujeres son como objetos y que no tienen sentimientos, de queson como una prenda de ropa que puedes usar cuando quieras y luegosimplemente tirar".

IWD trata además de educar a los hombres para que respeten a lasmujeres: "Es tan simple como que cuando una mujer dice 'no' es que'no', y cualquier cosa más allá es un crimen", dice Philip Otieno.

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