Las bases de 'mareas' y plataformas dudan de las ventajas de pactar con 'Podemos'

    • Los de Iglesias apuran la convergencia en Galicia, Comunidad Valenciana o Baleares.
    • El incontestable éxito de las plataformas territoriales les otorga un peso para negociar que compromete a Podemos.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.

Concurrir juntos o en solitario es el dilema esencial que se debate en Podemos y en varias plataformas ciudadanas que, el 24-M, se convirtieron en la sorpresa de las elecciones.El éxito cosechado en esos comicios ha dado a éstas últimas un potencial negociador incluso inesperado para el partido morado y no son pocos los que recelan de una alianza con una formación dirigida desde Madrid, y a la que las encuestas dan desgastada.

Con la alianza ya definida en Cataluña, donde Podemos concurrirá en convergencia en la lista Catalunya Sí que es Pot, los de Iglesias apuran en las últimas semanas las conversaciones con distintas direcciones territoriales para tratar de cerrar acuerdos. Las alianzas parecen ya prácticamente seguras en Comunidad Valenciana o Galicia, territorios en los que Iglesias se mostró desde un principio partidario de los acuerdos con fuerzas afines. En el primer caso, el Compromís de Mònica Oltra, en el segundo, las 'mareas' que en los comicios autonómicos y locales barrieron las mayorías del PP.Comunidad valenciana

A falta del anuncio, el pacto Compromís-Podemos o Podemos-Compromís parece casi cerrado. Ambas formaciones no han ocultado nunca sus simpatías-los líderes, Oltra e Iglesias, mantienen una buena relación personal y frecuentes encuentros privados- que, tras el 24-M, se convirtieron en un explícito apoyo de gobierno. Compromís entró en el gobierno de la Generalitat gracias al acuerdo con el PSPV-PSOE apoyado en el Parlamento por Podemos y la marca blanca de la 'morada' en la capital, València en Comú, permitió que Joan Ribó (Compromís) accediese a la alcaldía.

Existen, no obstante, discrepancias que pueden no resultar menores. En primer lugar, el orden en la propia marca. Oltra aseguró esta semana que "Compromís-Podemos sería una hermosa marca electoral para las próximas generales", una declaración que provocó reacciones en Podemos. Mientras su 'número dos', Íñigo Errejón, afirmaba que "el orden no es importante" y que su partido es "flexible" en este extremo, el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Rafael Mayoral, corregía, sólo unas horas después, que cualquier acuerdo habrá de respetar "los límites de la consulta celebrada en julio" entre los simpatizantes. Esto es, que la marca Podemos habrá de figurar "en el primer lugar de la papeleta" en aquellos territorios donde se acuerden alianzas.

Oltra lleva semanas acelerando el pacto y tratando de enfriar las resistencias del Bloc, su socio mayoritario. Los nacionalistas ven con escepticismo el eventual acuerdo, por considerar que podría suponer una centralización del poder en Madrid. La candidata valenciana busca cómo allanar el camino de este pacto, que considera la única vía posible, sin comprometer sus propios intereses. El Bloc es la formación que sostiene en mayor medida a Compromís a nivel territorial.

Compromís conserva en buen tono el músculo electoral. Según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, publicado a principios de mes, si se celebrasen hoy elecciones generales, la formación obtendría un 1'2% de los votos en el conjunto de España, esto es, aproximadamente 300.000 sufragios en la Comunidad Valenciana. En 2011, consiguió 125.150. El resultado permitiría a la coalición obtener un diputado por la provincia de Valencia. En las autonómicas, el partido de Oltra recibió 452.654 apoyos.

El resultado, que no tiene en cuenta un eventual acuerdo con Podemos, es utilizado por los críticos a la alianza para justificar que concurrir en solitario reportaría un resultado más que suficiente y evitaría las posibles dependencias a un 'socio'. Los que defienden el pacto consideran, no obstante, que el resultado implica aún un amplio margen con respecto a los socialistas, que, de acuerdo al barómetro, recibirían el doble de votos. Oltra insiste, en este extremo, en que una candidatura conjunta sería un impulso para la coalición. Según ciertas proyecciones, ello les permitiría incluso ser la lista más votada.

Podemos recibió en las pasadas elecciones autonómicas 279.596 votos, un 11'23% del total, lo que situó al partido de Iglesias como quinta fuerza. Compromís, por su parte, fue apoyado por 452.654 sufragios (18'19%), terceros. El partido más votado, el PP, obtuvo 653.186 (26'25%). Salvando las diferencias, la suma Podemos-Compromís, o Compromís-Podemos superaría este resultado.Galicia

El incontestable éxito de las 'mareas', las candidaturas unitarias de izquierda integradas en Galicia por Podemos, Izquierda Unida y nacionalistas (Bloque, entre otros) y distintos actores sociales, y que lograron arrebatar las mayorías absolutas al PP en ciudades clave como A Coruña, Santiago y Ferrol, complicando sobremanera el escenario electoral del próximo año al actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Precisamente, los buenos resultados registrados entonces son también, al igual que en el caso valenciano, el principal argumento de los críticos a la alianza para defender una candidatura propia, sin estar sujeta a un partido dirigido desde Madrid. También en este caso, el orden de los factores sí altera el producto. El debate sobre si la eventual marca ha de ser Marea galega- Podemos, o a la inversa, implica más que una cuestión formal. En ella van implícitos también los liderazgos y las dependencias. Desde las 'mareas' defienden que han de ser éstas las que encabecen cualquier posible lista, pero desde Podemos se insiste en que la alianza ha de ser a la inversa.

Las negociaciones avanzan en dos niveles: la aparente buena sintonía entre las direcciones- en las últimas semanas se han producido varios encuentros entre dirigentes de uno y otro lado para tratar de avanzar en el acuerdo- y los escepticismos de las bases, recelosas de perder poder. Como en el caso valenciano, las alianzas dependerán del grado de concesiones que desde ambos lados se esté dispuesto a asumir. Así lo ha señalado en las últimas horas el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, para quien el pacto sólo será posible con la "generosidad de las partes". Las dos, dicen, deberán renunciar a una "lectura de máximos".

La negociación gallega es más compleja que la valenciana. En especial, porque Podemos no ha de sentarse a conversar con un único partido, sino con distintas sensibilidades. Es por ello que se espera también que este acuerdo sea el que más se retrase.Baleares

El líder de Podemos en Baleares, Alberto Jarabo, dejaba abierta la puerta esta semana a una convergencia de su formación en vista a las generales con Més. El proceso de negociación está en marcha, y parece que con "voluntad de diálogo".

"Las alternativas son presentarnos solos, con Més o con algo más amplio como con Ahora en Común pero hay que discernir si Izquierda Unida está detrás de este movimiento", apostilló el líder Balear.

Ambas formaciones-los econacionalistas, con 9 escaños y Podemos, con 10-sostienen en la actualidad el gobierno socialista de Francina Armengol. El partido de Iglesias logró el pasado 24.-M 62.868 votos en las autonómicas (14'69 %), el Mes anotó 59.069 (13'8 %). Juntos, se quedan a una distancia mínima con respecto al PP, la fuerza más votada en los comicios (121.981 sufragios).

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