Las bases de Podemos reclaman tener voz ante un posible pacto con el PSOE

    • La militancia se declara en contra de dejar gobernar a la "vieja política".
El portavoz de En Comú Podem, Xavier Domenech, con Iglesias y Errejón.
El portavoz de En Comú Podem, Xavier Domenech, con Iglesias y Errejón.

El giro que han tomado las negociaciones para la investidura, tras la disposición de Iglesias de alcanzar un acuerdo con el PSOE para un "gobierno de progreso" habrán de enfrentar otro escollo: la reticencia de las bases de Podemos al acuerdo con un partido, consideran, que se equipara al PP.

Los estatutos aprobados en la Asamblea fundacional de Vistalegre determinan en su artículo 12.3 que los militantes, o inscritos en la formación, podrán "aprobar o rechazar cualquier tipo de pacto o alianza pre o post electoral con otras fuerzas políticas en todos los niveles de la administración pública". El artículo deja en cambio un cierto margen para que la dirección pudiese decidir no someter a consulta ese eventual acuerdo "Siempre que se entienda que dichos pactos puedan afectar a la estrategia general de Podemos".

No obstante, el Códido Ético de la formación obliga a los cargos de Podemos a "respetar que cualquier pacto previo o posterior a las elecciones con cualquier otra formación política sea sometido a la aprobación democrática mediante la consulta abierta a toda la ciudadanía en todos y cada uno de los niveles territoriales de representación". Desde Podemos se ha venido haciendo una interpretación un tanto ambigua de la exigencia o no de someter los pactos a la consulta de las bases, de forma que tras las elecciones del 24 de mayo se decidió que los pactos de gobierno debían consultarse obligatoriamente a las bases, mientras que los de investidura no estarían sometidos a esa exigencia.

El criterio, no obstante, no se aplicó por igual en todas las comunidades: en Andalucía se prescindió de la consulta al estimar que no se trataba de un pacto de gobierno, sino de investidura. Pero, de la misma forma, sí se consultó a las bases de Extremadura, Castilla-La Mancha, Baleares y Aragón, comunidades en las que el PSOE se apoyó en Podemos para poder gobernar.

Ahora, las bases reclaman que se les consulte ese posible acuerdo que daría a Sánchez la presidencia. La opinión es prácticamente unánime: un 'no' a dar apoyo a un partido que equiparan con la "vieja política" y con las prácticas del PP y del que desconfían lleve sus promesas finalmente a la práctica. A través de Plaza Podemos, espacio de debate virtual de la formación, los simpatizantes han vertido críticas hacia los socialistas y reclaman a la dirección que planteen una consulta a la militancia que entienden como exigencia. Reprochan, también, la opacidad con la que se llevan a cabo las conversaciones entre ambos partidos.

Iglesias se ha mostrado partidario de plantear esa consulta. Hasta el momento, los procesos de pregunta a las bases no han estado exentos de polémicas. El pasado julio, la dirección aceptó in extremis y ante la presión de las bases, someter a votación su plan para acudir en solitario a las elecciones generales. El partido preguntó a los simpatizantes si aceptaban alianzas territoriales. La pregunta provocó el enfado de la militancia, al entenderla ambigua. En aquel momento Podemos ya había llegado a un principio e acuerdo con ICV en Cataluña y mantenía contactos con Compromís en la Comunidad Valenciana.

La consulta no planteaba la posibilidad de tejer alianzas en todo el territorio, ya que la decisión de la dirección era cerrar la puerta a un posible acuerdo con IU pese a las voces que insistían en un acuerdo de la izquierda para forjar una candidatura de unidad popular para las elecciones. El 'no' en esa consulta no determinaba si era para apoyar una confluencia de más alcance o como para rechazarla por completo.

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