Las claves de la histórica cumbre China-Taiwán

  • La histórica cumbre del sábado entre el presidente chino Xi Jinping y su homólogo taiwanés Ma Ying-jeou es también la primera desde la separación de China continental y Taiwán, hace 66 años, tras una guerra civil.

La separación que se produjo en 1949, cuando las fuerzas comunistas de Mao Tse Tung expulsaron a los nacionalistas del Kuomintang (KMT), que se refugiaron en Taiwán, es una de las últimas divisiones políticas heredadas de la Guerra Fría.

Este divorcio separó a familias, condujo a décadas de tensiones, e incluso hubo disparos a ambos lados del estrecho de Taiwán.

Por ello, cualquier proceso de acercamiento entre ambas partes suscita gran emoción, y al mismo tiempo la perspectiva de una estabilidad duradera entre estas dos dinámicas economías. La reunión entre Xi y Ma supone el mayor paso dado hasta ahora por estos dos rivales de Asia.

Las relaciones sino-taiwanesas han mejorado constantemente desde que Ma llegó al poder hace siete años, favoreciendo desde entonces el acercamiento con Pekín.

Según observadores y expertos, la presidencial de enero en Taiwán ha empujado a China a aceptar este contacto al máximo nivel con la isla.

Pekín prefiere claramente el partido de Ma, el KMT, al Partido Democrático Progresista (PDP), que sigue siendo muy receloso ante el gran vecino y tiene un discurso independentista.

Los sondeos dan por perdedor al KMT en la elección de enero, y la cumbre ha alimentado la especulación de que Pekín trata de ayudar a este partido prochino antes de los comicios.

Algunos analistas opinan que también China busca dar la imagen de un país conciliador, en momentos en que varios de sus vecinos se preocupan ante las reivindicaciones territoriales de Pekín en el mar de China Meridional.

Tras la reunión, Ma dijo que propuso la creación de un teléfono rojo, a lo que Xi Jinping respondió favorablemente, según él.

Por lo demás se filtraron pocas informaciones sobre los temas tratados en la reunión.

El entorno de Ma indicó que el objetivo de la cumbre era "garantizar la paz a ambos lados del estrecho" de Taiwán, dejando claro que no habría firma de acuerdos ni declaración conjunta.

China, que siempre teme legitimar al gobierno de Taiwán, no ha dicho casi nada sobre esta cumbre, salvo la confirmación en los medios estatales de que se iba a celebrar.

Taipéi está cada vez más marginado a nivel internacional, a la creciente sombra de China. Ma ha expresado la esperanza de que esta cumbre le dé a Taiwán "un lugar más importante" en el escenario internacional.

Unas mejores relaciones podrían ayudar a China a atraer a Taiwán hacia su órbita diplomática y económica, y potencialmente cortar los vínculos entre la isla y Estados Unidos, que se compromete a defenderla en caso de agresión china.

La cumbre supone también una apuesta arriesgada para los dos dirigentes. Y podría tener un efecto inverso al supuestamente buscado, si por ejemplo los electores taiwaneses ven la cumbre como un intento de influir en las elecciones, y optan por apoyar al partido de oposición PDP, cuyos dirigentes consideran que la reunión era nociva para la democracia taiwanesa.

dma/mtp/bfi/jh/me/avl

Mostrar comentarios